Con apenas 36 años de edad y una carrera de 16 años en el servicio público en materia de seguridad, Ricardo Realivázquez Domínguez fue designado titular de la Subsecretaría de Despliegue Policial del estado de Chihuahua, uno de los órganos gubernamentales con mayor tamaño, estructura operativa y peso estratégico dentro de la administración estatal.
El nombramiento se hizo oficial el pasado miércoles 9 de abril, y representa un punto de inflexión en la trayectoria de Realivázquez, quien ha dedicado el 44 por ciento de su vida al servicio en distintas áreas de seguridad, tanto en el ámbito municipal –principalmente en Ciudad Juárez– como en el estatal.

Una estructura de poder y estrategia
La Subsecretaría de Despliegue Policial, que ahora está bajo su mando, es mucho más que una oficina gubernamental: es el corazón operativo de la seguridad pública en el estado.
Bajo su estructura se agrupan direcciones y departamentos clave para la vigilancia, el control territorial, la seguridad privada, la custodia de bienes y valores, así como la prevención del delito en todas las regiones de la entidad.
La magnitud de esta dependencia se refleja en su organigrama, que abarca zonas geográficas estratégicas (Norte, Centro-Sur y Occidente), y que incluye áreas especializadas como la Dirección de Seguridad Bancaria, Comercial e Industrial y el Departamento de Control de Armamento y Equipo. La coordinación regional, tanto en zonas urbanas como rurales, forma parte integral de su operación.
Además, sus atribuciones legales –contenidas en más de 50 fracciones del Reglamento de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado– le otorgan a esta Subsecretaría funciones que van desde la coordinación de operativos conjuntos con fuerzas federales y municipales, hasta la emisión de reglas de operación, manejo de bases de datos criminalísticas, control de armamento, supervisión de cuerpos de seguridad privada, y cooperación internacional con agencias policiales extranjeras.

El restablecimineto del orden y la paz
En los hechos, se trata de una dependencia con un nivel de atribuciones y facultades que rebasa incluso a muchas secretarías estatales, y cuyo correcto funcionamiento impacta directamente en la gobernabilidad, el desarrollo económico y la percepción de seguridad de la ciudadanía.
Entre sus atribuciones, destaca la de “Salvaguardar la integridad de las personas, así como garantizar, mantener y restablecer el orden y la paz pública”, según el artículo 62 del Reglamento de la SSPE.
Además, tiene a su cargo tareas como “Prevenir la comisión de delitos e infracciones administrativas y realizar acciones de inspección y vigilancia, de conformidad con las disposiciones legales aplicables” o “Dictar y supervisar las medidas y acciones para prevenir la comisión de delitos”.

Un perfil joven, pero con experiencia
Pese a su juventud, Realivázquez Domínguez no es un improvisado. Egresado del Claustro Universitario de Chihuahua –una institución privada especializada en criminalística–, cuenta con dos maestrías: una en Ciencias Penales y Criminalística por la Universidad Cultural de Ciudad Juárez, y otra en Psicología Criminal, por el propio Claustro Universitario. Además, posee la Licenciatura en Derecho, una formación clave para la función policial moderna.
En la actual administración estatal se ha desempeñado como Director de los Centros de Reinserción Social de la SSPE y como Director General Operativo, cargo que ocupó de mayo de 2020 a enero de 2023. Estas posiciones lo familiarizaron de forma directa con la operación cotidiana del sistema de seguridad estatal, así como con los retos de mando, logística, derechos humanos y manejo institucional.
Desde ayer miércoles, Realyvázquez asumió todas esas funciones, después de estar a cargo de los Centros de Reinserción Social del Estado, en donde tenía a su cargo el cuidado y reclusión de las personas que cometieron algún delito, y que fueron aprehendidas por alguna fuerza policial, particularmente, la que ahora está a su cargo.
