Hoy hace 104 años, la sentencia del Consejo de Guerra se cumplió el 26 de noviembre de 1919. A las 6:55 de la mañana, el reloj marcó sus horas y llegó la ejecución. La descarga de 10 fusiles terminó con la vida del General Felipe Ángeles en un lugar de esta ciudad inadvertido para transeúntes que caminan sobre la avenida 20 de Noviembre y calle 18, en la colonia El Pacífico.

Ahí, en el costado oriente de la Penitenciaría, cruzando la 18, está una casa donde se ubicaba el Cuartel del 21/o. Regimiento de Caballería de Chihuahua.
En la parte derecha de la pared de la fachada azul de esa casa, solo una placa destaca el acontecimiento bajo la inscripción: “En este lugar fue fusilado el General Felipe Ángeles el 26 de noviembre de 1919. Homenaje en el 75º aniversario de la Revolución Mexicana. Ayuntamiento 1983-1986”.

Felipe Ángles Ramírez, estudió en el Colegio Militar de donde se graduó como especialista en Artillería. El 4 de marzo de 1905 fue ascendido a teniente coronel técnico de artillería. Fue profesor y director de su Alma Mater y obtuvo el grado de coronel en 1908, siendo nombrado director de la Escuela de Tiro, al año siguiente fue enviado a Francia a estudiar estrategias y técnicas militares.
Durante la Revolución fue simpatizante de las causas democráticas de Francisco I. Madero, de la demanda de Tierra y Libertad zapatista y mano derecha de Francisco Villa en las principales batallas revolucionarias de Torreón y Zacatecas para desterrar al usurpador Victoriano Huerta.

A la debacle del villismo, Felipe Ángeles se refugia en Estados Unidos y vuelve a Chihuahua en 1918, cuando Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles ostentan el poder en México.
La traición desempeñó un papel central en su aprehensión, pues fue capturado en su último refugio: una cueva del cerro de La Mora en la sierra de Nonoava en Chihuahua.
Luego de ser capturado, fue conducido a un cuartel de la capital de este estado, donde fue sentenciado a muerte, la cual se cumplió hoy exactamente hace 104 años.
Así fue como la tierra de Chihuahua acogió la sangre de un valiente general, que ordenó su fusilamiento sin que le cubrieran con venda los ojos:
Preparen muy bien sus armas
apúntenme al corazón
Yo no soy de los cobardes
que le temen a la muerte
La muerte no mata a nadie
la matadora es la suerte
También así, Ángeles compartió con el Padre de la Patria la capital de Chihuahua en su forma y lugar de muerte y el honor que lleva su estado natal, pues nació en Zacualtipán, Hidalgo el 13 de junio de 1868.
En su honor, la actual administración del Gobierno Federal impuso que el aeropuerto de Santa Lucía, en el Estado de México lleve su nombre y se llame Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.