En el municipio de Moris, al noroeste de Chihuahua, donde recientemente policías estatales fueron emboscados, las autoridades recuperaron 30 vehículos robados, algunos con blindaje artesanal y modificaciones para soportar fuego cruzado o transportar personal armado.
El operativo, desplegado entre el 13 y el 15 de octubre, dejó al descubierto la magnitud del control criminal en una región que es corredor de grupos armados y escenario recurrente de ataques contra las autoridades.
De acuerdo con información oficial, las unidades fueron localizadas en caminos rurales, talleres y parcelas, donde los delincuentes las ocultaban tras haberlas robado en distintos puntos del estado.
El día 15 fue el más productivo: 13 vehículos asegurados en una sola jornada. Ninguna detención fue confirmada, pero varios de los automotores mostraban placas alteradas, blindaje artesanal y adaptaciones para ocultar cargamentos o armamento.
Las imágenes difundidas por las corporaciones muestran camionetas destruidas, cubiertas de lodo, con rastros de balas o planchas de acero soldadas en las puertas.



Una región sitiada
Moris, enclavado en la zona occidente, ha sido durante años punto estratégico para el trasiego de drogas, armas y vehículos robados. En semanas recientes, el municipio fue escenario de un ataque armado en el que murieron tres agentes estatales, un hecho que desató una respuesta más intensa de las fuerzas de seguridad.
La recuperación de 30 vehículos robados en solo tres días representa un golpe operativo, pero también una señal de lo que ocurre en la sierra: una guerra constante por el control territorial.






