La gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, llamó a que el proceso de reforma electoral impulsado por el Gobierno Federal sea producto del consenso entre las entidades federativas y no una imposición “desde el centro autoritario”, que concentre el control de todas las elecciones del país.
Durante su participación en la audiencia pública de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, celebrada este jueves 6 en la capital del estado, la mandataria chihuahuense se manifestó en favor del federalismo y de mantener en operación a los organismos públicos locales electorales (Oples).
En ese sentido, defendió la autonomía tanto del Instituto Nacional Electoral (INE) como del Instituto Estatal Electoral (IEE), a los que calificó como logros históricos que deben preservarse y perfeccionarse.
“Fortalecer las capacidades técnicas y la autonomía de los organismos públicos locales electorales es fortalecer la certeza de los procesos y la legitimidad de las autoridades electas”, sostuvo.
Campos Galván subrayó que Chihuahua reafirma su vocación democrática y federalista, y que la voz de la entidad “deberá ser siempre escuchada” en toda discusión que busque modificar las reglas del sistema electoral mexicano.
“Toda reforma electoral que aspire a fortalecer la República debe construirse en el consenso de las entidades federativas. Los grandes avances democráticos del país han nacido de la periferia hacia el centro, no al revés”, expresó.
Ante la comisión enviada por el Gobierno de México —encabezada por el exgobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel—, la gobernadora afirmó que el diálogo con los estados es indispensable para consolidar una transformación nacional legítima, incluyente y duradera.
Añadió que las entidades son los cimientos indivisibles de la República, y que cualquier cambio federal debe acompañarse de armonización legislativa local “dentro del marco de la libertad configurativa” que reconoce el artículo 116 constitucional.
“Esa libertad no significa aislamiento ni regionalismo, sino la posibilidad de adaptar la norma federal a la realidad ciudadana de cada entidad”, dijo. “Y en Chihuahua esa realidad es la de una ciudadanía crítica, participativa y profundamente democrática.”
Campos recordó una frase de Luis H. Álvarez, histórico líder chihuahuense y promotor de la democracia: “Una democracia vale tanto como la precisión con que distribuye su representación.” Agregó que esa precisión “no es aritmética, sino ética”.
Asimismo, se pronunció por mejorar los mecanismos de fiscalización y promover ahorros operativos en las instituciones electorales, siempre que no se afecte la certeza ni la seguridad jurídica.
“La confianza es el valor más preciado porque es la fuente de toda legitimidad democrática”, dijo. “La democracia no se defiende con discursos, sino con procedimientos verificables y confiables.”
Finalmente, Campos Galván enfatizó que la reforma electoral “no pertenece a un gobierno ni a un partido político, sino a la nación”, y reafirmó el compromiso de Chihuahua con la unidad republicana, el fortalecimiento del federalismo y la defensa de las instituciones democráticas.
“El futuro de México exige instituciones sólidas, contrapesos reales y un federalismo vivo. Chihuahua aportará su experiencia y su carácter, siempre con respeto a la Constitución y a la democracia”, concluyó.