Ustedes que rascan el suelo en busca de sus tesoros perdidos, dejen encendida en el fango la llama de la vida y el amor, dijo el padre Camilo Daniel en la misa celebrada en memoria de personas desaparecidas.
El mensaje fue dirigido a los 160 familiares que afanosamente buscan a sus seres queridos en el campo y que aglutina el Centro de Derechos Humanos para Mujeres (Cedhem).
El padre Camilo ofició en la parroquia del Sagrado Corazón, y dedicó la homilía para ellas.
“Ustedes rascan el suelo para encontrar a sus seres queridos, que son tesoros, un canto a la vida con un fuerte testimonio y que se esfuerzan cada día para descubrir la pérdida más fina, queremos acompañarlas en ese bastión “, expresó el sacerdote.
Dijo que no es posible que día con día desaparezca un joven, una mujer o un niño.
“No podemos ser indiferentes ante ellos, los apoyamos con oraciones y solidaridad”, señaló.
El sacerdote propuso seguir gritando que la vida es sagrada, un don que nadie tiene derecho a acabar.
“Presentemos esas lágrimas y ese dolor de esperanza como una lucha de amor silencioso, de esas uñas que buscan esos tesoros en el campo”, agregó.
La jornada de actividades que incluyó la misa, se realiza con motivo del Día Internacional de la Desaparición Forzada que se conmemora en México el 30 de agosto.
El Centro de Derechos Humanos de las Mujeres convocó a una marcha, después de la misa, hacia el Jardín de la Justicia para visibilizar esta problemática y continuar el reclamo “Hasta encontrarles”.
En el antimonumento “Plasmando Esperanza” se instalarán las placas con los nombres de quienes aún no regresan a casa.
La marcha partirá de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús con rumbo al Paseo Bolívar, hasta llegar a la calle Coronado, donde se ubica el antimonumento realizado por familiares de víctimas de desaparición en el estado.
El antimonumento muestra dos de los lados que se viven ante la desaparición de un integrante de la familia. Contiene las palabras fuerza, que es indispensable para enfrentar todos los retos de la búsqueda y la exigencia de justicia.
También la palabra esperanza, que une a las familias, organizaciones y sociedad civil que caminan en esta lucha constante.