La lluvia torrencial que la tarde del lunes anegó los barrios del norte de la capital de Chihuahua, causó daños materiales de todo tipo, pero además trajo un dolor doble para las familias que habitan en las colonias de ese sector, construidas en los márgenes –o incluso dentro– de antiguos cauces de arroyos.
Mientras unas familias perdían todas o casi todas sus pertenencias, otras revivían el dolor de sus pérdidas al ver cómo la creciente desbordó el arroyo que atraviesa el Panteón Municipal Número 3.

El agua que bajó desde el poniente de la ciudad inundó la avenida Guillermo Prieto Luján, se desvió de su curso e ingresó por la parte frontal del cementerio.
La corriente arrasó con al menos una docena de tumbas cercanas a la entrada. Las imágenes que circularon en redes sociales desde la tarde del 30 de junio alarmaron a cientos de personas que tienen sepultados a sus familiares en ese panteón.
“Tuve otra vez el dolor de saber cómo estaba y dónde estaba mi hijo”, expresó la señora Juana Reyes García, quien rondaba el lugar buscando una forma de entrar para verificar el estado de las tumbas de su hijo y su padre.
Fernando Ordoñez, taxista, intentó ingresar desde la noche del lunes, pero no se lo permitieron. Volvió el martes y tampoco pudo pasar, aunque al menos le confirmaron que las tumbas de sus familiares estaban fuera de la zona afectada.
“Estábamos bien asustados, veníamos con el pendiente de que los íbamos a ir a recoger más para allá”, dijo con alivio.
Jorge Tarango Nava, cantero de profesión, explicó a los deudos que el problema se concentró en la parte frontal del cementerio, donde el agua provocó un socavón tras arrastrar siete vehículos que obstruyeron el cauce natural.

Este martes 1 de julio, decenas de personas rodearon las bardas del Panteón Número 3, intentando ver desde afuera que sus tumbas estuvieran intactas. Parados en puntas de pie, lograban elevar la mirada y constatar que la mayor parte del cementerio no presentó afectaciones visibles.
Sin embargo, el agua golpeó con fuerza el extremo norte del camposanto, derribó un tramo de 50 metros de barda perimetral y afectó al menos 40 tumbas. En una de ellas, un cuerpo emergió del féretro y fue retirado por personal de la Fiscalía General del Estado para su resguardo.
Al mediodía, maquinaria y cuadrillas del Gobierno Municipal de Chihuahua trabajaban para rellenar el socavón y recolocar las lápidas afectadas. Por seguridad, la entrada principal del cementerio continuará cerrada al menos hasta este miércoles.
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