A tres días de la jornada electoral, Javier Corral se deslindó públicamente de Cruz Pérez Cuéllar, quien ahora es, le guste o no, su compañero de partido, o por lo menos, de campaña.
Y no solo pintó su raya respecto al alcalde con licencia de Juárez, metido ahora de candidato, sino que hasta le echó brava y le juntó “montón” en su contra.
“Es falso que yo apoye o esté a favor de Cruz Pérez Cuéllar”, dijo el exgobernador, el neomorenista, en una emisión del programa Aristegui Noticias.
Por el contrario, agregó, “he advertido a muchos dirigentes que es uno de los personajes que más pone en entredicho los verdaderos ideales de una transformación y el compromiso de combate a la corrupción”.
Si así fue, ¡ya cuándo lo dice! ¿Por qué no se apareció cuando estaban las definiciones de las candidaturas a la Presidencia Municipal?
¿Dónde andaba el airado discurso del exgobernador y varias veces parlamentario cuando afloraban los múltiples casos de corrupción que han acompañado a la administración de Pérez Cuéllar?
Solo fue cuando el político perredista, Guadalupe Acosta Naranjo, le echó en cara su coincidencia con Pérez Cuéllar en las campañas de Morena, cuando saltó de su asiento para poner el alto y decir el clásico “no venimos juntos”.
Pero luego, entrado en el discurso de deslinde, dijo que el exgobernador César Duarte ha infiltrado a todos los partidos, incluido a Morena. Nombres, por favor.
Corral y Cruz no se podrán ver ni en pintura, pero nomás no hay forma de evitar que aparezcan como parte de un mismo proyecto político.
Están en Morena, en la 4T y ambos apoyan a Claudia Sheinbaum. Su pleito personal es, al menos para la alta dirigencia de ese movimiento, peccata minuta.
………………
¡Ah, qué cosas con este comisionado del Ichitaip que anda jugando al “bote volado”, porque nomás no lo encuentran!
Resulta que su “desaparición” data desde hace tiempo, incluso, desde las épocas cuando despachaba –¡si es que iba!– como comisionado del Instituto Chihuahuense para la Transparencia y Acceso a la Información Pública, el llamado Ichitaip.
Nos cuentan quienes conocen bien esa tremebunda historia que, desde tiempo atrás, el Órgano Interno de Control del Ichitaip comenzó a “buscar” a Leyva Martínez porque, simplemente, dejó de acudir a sus labores ordinarias.
No solo eso: presentaba un alto rezago de recursos presentados por solicitantes de información que debía analizar y resolver.
¿Dónde andaba? Quién sabe. De lo que nos podemos acordar es que, al menos durante el gobierno de Javier Corral, era invitado frecuente de programas de radio donde le tundían, con todo y no sin razón, al entonces mandatario estatal.
Para eso sí estaba, para la chamba, ahí para luego.
El rezago que se le acumuló no solo va en perjuicio de la institución, sino de los ciudadanos que en ejercicio de un derecho solicitaron el acceso a información pública que les fue negado.
El detalle es que, mientras andaba de “activista” contra Corral, había dejado de acudir a su lugar de trabajo, razón por la cual, el Órgano Interno de Control le inició el procedimiento de responsabilidades correspondiente.
Nos comentan que, realizada la entrega-recepción, cuando entraron los nuevos integrantes del órgano de dirección del Ichitaip, se advirtió que el antes comisionado Rodolfo Leyva Martínez, dejó una gran cantidad de asuntos inconclusos y vencidos.
Esto, ya de por sí, es materia ya de un procedimiento de responsabilidad administrativa, por lo que se señaló omisión de tal servidor público de acudir a la entrega, de lo cual, también se está desarrollando el procedimiento correspondiente.
Sin embargo, el colmo fue que se retiró del cargo con todo y los originales de 54 expedientes integrados con motivo de recursos de revisión.
Así que, si ven al excomisionado, díganle que ya se reporte a la cabina, por favor.
………………
El director general del grupo financiero HSBC, Jorge Arce, estuvo ayer en la ciudad de Chihuahua para reunirse con la gobernadora María Eugenia Campos Galván, con la intención de revisar el esquema de refinanciamiento de la deuda pública de largo plazo que arrastra el estado.
De lo poca prenda que soltó el ejecutivo, fue que buscarán reducir la tasa de interés porque “ya ven que nos dejaron en el Gobierno anterior con muy altas las tasas”.
Con el debido respeto, pero esta columna, y el portal de Disciplina Financiera de Estados y Municipios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la SHCP, tenemos “otros datos”.
Ahora verá: la administración 2016-2021 dejó la tasa de interés ponderada en un 3.7 por ciento. ¿No nos cree? Chéquese la página de la SHCP. La anterior administración, la que encabezó César Dee Jay, la dejó en el doble: 6.7 por ciento.
Sin embargo, al primer trimestre del 2024, la tasa de interés que paga el Gobierno por todos los créditos que heredó, ya va en los 10 puntos porcentuales.
¿Que la van a bajar? Se están tardando, porque en los últimos años, la subida de intereses ha estado como para quitarle el sueño –y el dinero– a cualquiera.
A ver si le bajan, ciertamente, porque pagar un 10 por ciento anual de una deuda que ya supera los 52 mil millones de pesos, sí que le duele a las finanzas públicas, que tienen que destinar más de 7 mil millones de pesos en este año, nada más en darle servicio a ese cuentón.
Y ya que andamos en eso de ponerle puntos a las íes: ayer se habló de que la deuda la dejó “la anterior administración”.
Diría el sabio Clavillazo: “¡Momento!”. Esos empréstitos, los bonos “Cupón Cero” y la emisión de bonos carreteros los contrajo la administración 2010-2016, la que encabezó Dee Jay.
Ahí están las cifras y, una vez más, nos remitimos a la SHCP: al cierre de esa administración, la deuda pública de Chihuahua de largo plazo era de 46 mil 812 millones de pesos. Cinco años después, al término de la gestión de Javier Corral, ya iba en 47 mil 873 mdp.
Ahora, según el último corte, ya supera los 52 mil millonsotes.
Por cierto, el plazo de pago son 17 años. A ver si no nos presentan uno de esos proyectos que suenan muy bonitos, pero que dejan embarcadas a las próximas administraciones.
………………
La aparente calma que había prevalecido en el estado durante la presente campaña electoral sufrió un raspón el día jueves pasado, con la aparición de uno de esos carteles, conocidos popularmente como “narcomantas”, en cuyo letrero se podía leer una amenaza hacia un candidato a Presidente Municipal.
La manta de marras “apareció” en Ciudad Camargo, y estaba dedicada a Adolfo “Fito” Trillo, candidato a la Presidencia Municipal de ese municipio, a quien relacionaban con la organización que dirige El Caballo Salgueiro.
“Cuidado Camargo conservemos nuestra paz. No dejemos que nadie venga y no (sic) la quite. Rechazamos a la gente del Caballo Salguieiro y su ente como Fito Trillo”, se podía leer.
Para pronto, Francisco Sánchez, el diputado de Movimiento Ciudadano que ha propuesto que los periodistas carguemos pistolas, salió a pedir la presencia de la Guardia Nacional para proteger a sus candidatos.
¡Qué curioso! Él, que votó en el Congreso absolutamente en contra de la Guardia Nacional y la presencia de efectivos militares en funciones de seguridad pública. Ahora sí quiere que vayan, y rápido.
“Estos mensajes colocados en la vía pública son parte de la guerra sucia que hemos enfrentado, en donde el estado no solo ha sido omiso, sino parte activa en esta persecución política”, dijo, a través de un comunicado.
“Por eso hemos demandado a la Sedena, a la Guardia Nacional, la protección de los candidatos de Movimiento Ciudadano”, agregó
¿Qué no quería que se devolvieran a los cuarteles?
Furibundo crítico de la 4T y del presidente AMLO y todo lo que ello implique, ahora pide que sea la Federación quien garantice la integridad de los candidatos y activistas de Movimiento Ciudadano, “así como la seguridad durante la jornada electoral”.
Qué cosas hacen las campañas, nos voltean todos los escenarios y los actores quedan parados en las posiciones más insospechadas.
Por lo pronto, ahí tiene el INE su tarea para este proceso: procurar seguridad y protección para el candidato de MC. Que el dirigente de ese partido hable cuando le conviene, es otra cosa, pero el aspirante a alcalde merece protección y seguridad.