Que caray con esa regeneración urbana, ¡cuántos crímenes de lesa progenitora se cometen en su nombre!

Porque eso de obstruir la de por sí estrecha avenida Ocampo de la capital del estado para ponerse a “reparar” una banqueta que estaba en buen estado, está como para volver loco a cualquiera.

Pero si el trabajo dichoso se hace al mediodía, cuando la Ocampo no puede con el flujo de vehículos tan abundante, más el paso del transporte colectivo Bowi o como se llame, la cosa se pone insoportable.

Ayer, automovilistas que perdieron valiosos minutos en el cruce de Ocampo y Juárez se comunicaron con esta Doña para quejarse de los obstáculos que enfrentan por andarse atreviendo a circular por el centro de la ciudad.

El colmo de esas obstrucciones, sin embargo, es el rotomartillo que ocupó uno de los carriles de la Ocampo—y nada más tiene tres—para levantar la banqueta de la Juárez, donde luego colocarán adoquines color negro. ¡Qué alegre paisaje van a dejar!

La peor parte de esta molesta historia es que los trabajos sobre la también estrecha avenida Juárez van para largo, pues apenas van a la altura de la Ocampo.

Así que, ni piensen que Marquito va a cambiar los horarios de trabajo para que las máquinas ocupen los carriles a horas de la noche, cuando no circula el transporte urbano y baja la afluencia de autos.

Nada de eso: que se aguanten los automovilistas ¿quién les manda no comprar helicóptero?

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La UACh se gastó 370 mil pesos en llevar de paseo, sin preguntarles a dónde querían ir, a 33 estudiantes de diversas Facultades que obtuvieron una alta calificación al final del semestre.

Fue en octubre del 2022 cuando los premiados, más otras 13 personas que no eran estudiantes, viajaron a la ciudad de Phoenix, Arizona, para visitar instalaciones de la universidad y, además, asistir al juego de la NFL entre los Cardenales y los Santos de Nueva Orleans.

De acuerdo con información a la que esta columna tuvo acceso, los viajeros eran estudiantes de excelencia: cuatro de FCA; otros cuatro, de Derecho; cinco de Medicina; Cuatro de la FCA en Delicias; igual número de Odontología, otros tantos de Facultades de Ciencias de la Cultura Física y ocho de Ingeniería.

En ninguna parte de los comunicados de la UACh se puede encontrar una convocatoria a participar en los premios de excelencia académica, y mucho menos, se les preguntó si querían ese tipo de galardón.

Porque ¿qué tal si los alumnos de 10 no tienen visa, o si no les gusta el fútbol americano?

Aquí más parece un gasto en satisfacer la afición del rector Luis “Sport Billy” Rivera Campos que en dar una verdadera recompensa a sus mejores educandos.

Por lo demás, no se alcanza a comprender por qué, si era una “medalla” para los aplicados, fueron además seis choferes, el secretario particular del rector y el asesor técnico, más un jugador del equipo Águilas de la UACH, de fútbol americano.

O sea ¿qué no era para los “macheteros”?

Para la otra, mejor hagan una convocatoria, y a la vez una consulta para ver qué quieren recibir de premio los estudiosos, porque ¿qué tal si mejor prefieren una lap top nueva, o un viaje a un congreso, o que reparen las aulas de su facultad? Digo, nada pierden con preguntar.

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Buena se puso la riña mediática entre el presentador y columnista Leo Zuckerman y el exgobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, por aquello de la lucha contra la corrupción que este último dice haber enderezado contra exfuncionarios aficionados a meterle la uña al cajón.

Para Zuckerman, el chihuahuense metido ahora a operador de la campaña de Claudia Sheinbaum recurrió a la tortura para culpar “a inocentes”, con la intención de sacarles testimonios, aunque fuera de manera forzada.

Se refería, en concreto, al caso de Christopher James Barousse, ex dirigente del Movimiento Juvenil del PRI en tiempos de Duarte, a quien prácticamente lo exoneró de la causa penal que se le sigue por recibir dinero—presuntamente—del gobierno duartista.

“…lo metió por un caso de menos de un millón de pesos”, dijo, como si la cantidad no implicara el pago de una penalidad.

“Estuvo meses, lo torturaron, aquí vino a contarnos, para que testificara en contra del exgobernador Duarte, desde luego no testificó porque no tenía nada que testificar, aguantó y al final un juez lo absolvió, completamente. Ese es Javier Corral. ¿Esa va a ser la estrategia de corrupción? ¿Meter a la cárcel a inocentes, para que testifiquen en contra…?”

La respuesta de Corral no se hizo esperar y, a través de redes sociales, “aclaró” que Barousse no está exonerado, eso para abrir boca.

“El proceso penal de James Barousse entonces, no ha terminado. De hecho estaría en visperas (sic) de celebrarse un juicio oral para determinar su responsabilidad penal”, posteó el exmandatario.

Y entrado en el pleito, no dudó en calificar a Zuckerman de “defensor de corruptos”, pues el comentarista y conductor de “Hora de opinar” había antes elogiado a Rubén Moreira, el exgobernador de Coahuila metido ahora en operador de la campaña de Xóchitl Gálvez.

Por lo visto, la nueva función de Corral seguirá dando de qué hablar, como también el tema de los presuntos desvíos que se hicieron en tiempos de su antecesor, el ya procesado César Dee Jay.

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A la par de las causas penales en su contra, los ejecutivos del grupo Aras Investment Business Group, otro frente de afectados por ese “mega fraude” corren por la vía civil, con ganas de recuperar al menos algo de lo que perdieron por invertir en esa supuesta casa financiera.

Las personas que no optaron por la causa penalista buscan que se les reponga el dinero invertido, más los intereses que hubieran causado en caso desde el momento que hicieron la operación y hasta que el juez dicte el fallo.

De ser así, tendrían que hacer una corrida desde el año 2020, el de la pandemia, cuando “cayó” una buena parte de los ahorradores que fueron llevados al baile por ejecutivos de esa malograda empresa.

Enterados del caso nos comentan que los demandados ya recibieron la notificación correspondiente vía publicación en estrados, con lo cual se puede correr el proceso judicial y avanzar en la posible reparación del daño.

Sin embargo, vale señalar que los afectados deberán esperar a que el tribunal correspondiente falle en su favor y que encuentre bienes propiedad de la firma o de sus dueños para llevarlos a remate y así generar el recurso para reponerles su dinero.

Se ve difícil, la verdad, porque, por otra vía, los que llevan la causa penal han tenido serias dificultades para que se aseguren bienes suficientes como para garantizar la recuperación su inversión.

Como es sabido, en estos días se lleva a cabo la llamada “mega audiencia” de Aras, donde se daría trámite a las mil 165 carpetas de investigación que ya están judicializadas.

Faltarían otras cinco mil, de personas que también recurrieron al tipo penal para buscar el regreso de su inversión.

Son 14 millones 795.2 mil pesos los que están en litigio, pero hasta ahora solo se tiene la reclusión de los exejecutivos Sergio G. C., y Diana C.P., mientras que el ex CEO, Armando Gutiérrez Rosas, sigue prófugo, aunque se ofrece una recompensa de 5 millones de pesos por dar información que ayude a su captura.

Imposible, no es, pero ¡ah cómo está difícil! Con decir que la propia autoridad ya ha dicho que es difícil recuperar todo el dinero “birlado”.