Lo que se vio ayer en la audiencia del exgobernador de Chihuahua, César Dee Jay, es un penoso caso de alguien que no entiende que ya no está en el poder y que los jueces ya no “le pertenecen”, como llegó a decir.

El político acusado de tres delitos en dos causas penales distintas por el desvío de casi 400 millones de pesos del erario estatal simplemente no quería acatar el fallo de la jueza de la causa, Delia Valentina Meléndez, en el cual se le negaba la prisión cautelar –domiciliaria, pues– por haber cumplido ya más de dos años en reclusión.

“¡Usted a mí no me manda!”, gritó el exmandatario cuando trataban de sacarlo de la sala donde se celebraba la audiencia, para llevarlo de regreso al Centro de Reinserción Social Número 1, el de San Guillermo.

Quizás en ese momento recordó los tiempos cuando, en la administración pública del estado, simplemente no se compraba ni un paquete de hojas de máquina si no se hacía con su consentimiento.

Era tal el control que ejercía que hasta los partidos distintos al PRI –no se les puede llamar de “oposición”– seguían su línea.

Las cosas han cambiado, pero al parecer él no lo ha entendido. Entre que dejó el poder y el 30 de noviembre de 2023, cuando le negaron la libertad bajo caución, han pasado más de siete años, cambió el presidente, el partido en el poder, hubo dos cambios de Gobierno en Chihuahua y su poder ya no es el que tenía en sus años dorados.

Dirán que es su desesperación por que la ansiada libertad que confiaba plenamente en conseguir se le sigue negando; que defiende –con toda legitimidad– su inocencia y no se la creen; que se dice un “perseguido político” y no un “político perseguido”.

Tal vez sea más sencillo que eso: es que tiene nostalgia por el poder.

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El exgran jefe de la bancada del PAN en el Congreso del Estado, Mario Vázquez Robles, prepara su “plan B” por si se le hace de agua la candidatura al Senado de la República, algo que se ve cada día más cercano.

Aunque no ha dejado de sonar para la Cámara Alta, se oye cada vez más fuerte la versión de que las dos fórmulas que presentará el Partido Acción Nacional por Chihuahua serán para mujeres, para cubrir la cuota de género que establece el INE y la legislación electoral.

De ser así, quienes puntean en la carrera son la aún diputada federal Daniela Álvarez y la todavía funcionaria estatal, Manque Granados, así, en ese orden.

Todo depende de la valoración que hagan los partidos coaligados en lo que se llamaba Frente Amplio por México para cumplir con todas las cuotas, tanto la de género como la de candidaturas para grupos vulnerables y de pueblos originarios.

De ser así, la legisladora juarense habría “amarrado” ya la senaduría, mientras que la actual secretaria de Innovación y Desarrollo Económico del Gobierno del Estado tendría como quien dice medio boleto, aunque de aquí al 2 de junio todo puede pasar.

Cercanos al diputado con licencia nos comentan que, ante ese escenario, busca una salida alternativa, que sería una diputación federal “plurinominal”, o ya de perdida de mayoría.

Como dice el refrán: “de lo perdido, lo que aparezca” y bueno, más se perdió en la guerra, ¡que no se pierda una senaduría en esta que es la madre de todas las batallas electorales!

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Se va por donde vino. La Coordinación de Gabinete, que llegó a ser “Secretaría”, dejará de serlo e incluso desaparecerá del mapa político y presupuestal del Gobierno del Estado de Chihuahua.

Vino de la nada, pues antes del 2016 ni siquiera existía como un  ente orgánico del Gobierno del Estado. 

Surgió como un arreglo político para darle un espacio de poder a Gustavo Madero, quien en ese entonces era el delfín del gobernador Javier Corral Jurado, como para que se moviera cual vicegobernadora, agarrara “punch” y se enfilara hacia la sucesión del 2021.

La historia es bien conocida: Madero se fue antes de tiempo a buscar una senaduría; la mentada Coordinación sirvió para dos cosas y el tal “delfín” perdió por paliza la contienda interna del PAN contra la actual gobernadora, Maru Campos.

Al inicio de la actual administración se le cambió el nombre, el rango y el presupuesto: pasó a ser Secretaría de la Coordinación de Gabinete, algo que suena estrambótico.

De 21 empleados que tenía en el 2021, llegó a tener 91, según cifras del Gobierno del Estado, y servía como centro de mando de quien se movía como segundo en el mando, el ya desterrado Luis Serrato, quien solía despachar cual virrey en el segundo piso del Palacio, en una de las oficinas más amplias de cuantas tiene ese histórico edificio.

Para este 2023 de la asignaron nada más y nada menos que 437.7 millones de pesos de presupuesto, casi el triple de lo que le dieron a la Secretaría de Desarrollo Urbano, por citar un ejemplo.

El político sonorense dejó el cargo el 1 de agosto de este año y desde entonces, casi cuatro meses después, ese organismo y toda su carga burocrática estaban acéfalas.

La gobernadora Maru Campos ya anunció su desaparición, como secretaría. Ahora falta saber a dónde se irán los más de 90 empleados, incluidos los altos mandos.

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Lo que le hacen a Marquito en el Congreso del Estado es verdadera tortura china, en serio.

Primero, lo hicieron sufrir para autorizarle la contratación del crédito por 132 millones de pesos para construir su obra insigne: el nuevo relleno sanitario, que le daría servicio no solo al municipio que gobierna, sino también a los vecinos de Aldama y Aquiles Serdán.

Como ya es sabido, aquel proyecto se cayó a golpes de juicios de amparo promovidos por “gente importante” del pueblo y pues así no hubo ni cómo.

Ahora que van por una humilde celda en el tiradero que ya existe, no haya cómo convencer a todo el Legislativo que necesita, de todos modos, la cantidad completa que iba a pedir prestada, o sea, los 132 millonsotes de pesos.

El miércoles pasado se reunió con diputados afines, los de su partido, y este jueves lo hizo con los de Morena, quienes, inicialmente, le habían dado el aval para que hiciera su nuevo relleno sanitario.

La cosa no iba del todo bien para el alcalde chihuahuita, pues pasadas de las seis de la tarde, después de más de tres horas de reunión, aún no tenía convencida a la bancada del partido guinda y blanco.

Nos comentan que sí se lo van a “soltar”, pero que le darán largas hasta el 5 de diciembre, como si fuera un regalo anticipado de Navidad.

Así que, Marquito, aguanta vara, al cabo te van a adelantar las posadas, el regalo navideño y hasta la Candelaria con ese paquetote de crédito que te vas a llevar.