Este lunes, la defensa del exgobernador César Duarte Jáquez buscará voltear el “chirrión por el palito” en la audiencia de presentación de pruebas que celebrará en la llamada “Ciudad Judicial” que hizo construir el ahora acusado.
¿Qué van a decir? Pues nada, que buscarán tumbar ya no la medida cautelar (el encarcelamiento preventivo, pues) sino la acusación en sí y con ello, lograr que se le declare absuelto y, por lo tanto, libre de toda culpa.
¿Cómo lo irán a hacer? Poca cosa: demostrar que los 96 millones 685 mil 253 pesos que salieron de las arcas del estado rumbo a las personas morales Unión Ganadera División del Norte y la Sofom Financiera División del Norte no terminaron en la cartera del gobernador, sino que en verdad se las entregaron a productores pecuarios.
¿En serio, eso van a decir? Sí, nos afirman fuentes allegadas al caso: que ya tienen documentadas las testimoniales de productores que dirán que sí es cierto, que aquel dinero se les entregó y que lo usaron en comprar avena, alimentos y elementos para el mejoramiento de la especie de sus animales de corral.
La cosa no para ahí: también van por el desmentido de que César Duarte no era el “McClain” de ambas agrupaciones: la División del Norte y la Financiera División del Norte, sino que antes de tomar posesión del gobierno, en octubre del 2010, entregó la presidencia de ambas.
En todo su derecho está la defensa de presentar alegatos en favor de su defendido, lo único que queda por preguntar es, si el dinero “siempre sí” salió del erario y fue a parar a esas dos empresas o como se llamen ¿por qué lo negaron al inicio del juicio? ¿Por qué trataron de inculpar al ya difunto Carlos Hermosillo, quien se encargaba de operar las entregas? ¿Por qué la insistencia de que fue el entonces secretario de Hacienda, Jaime Herrera, quien malversó esos fondos?
Como que no casca la argumentación que presentó el primer equipo de defensa y el actual. A ver cómo les va. Por lo pronto, el Ministerio Público ya trae su carpeta bajo el brazo con nuevas evidencias de cargo en contra de Duarte.
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Las “Adelitas” de Delicias están en pie, listas para entrarle al “tiro” si el Gobierno Federal vuelve a intentar abrir las compuertas de la presa “Las Vírgenes”.
Este sábado, durante la ceremonia para festejar a Delicias en su cumpleaños número 90, Beatriz Irasema Calderón Medrano, en representación de Las Adelitas, A.C., organización de mujeres delicienses, así la cantó: “seamos valientes, no titubiemos, hemos sido cuna de revolucionarios y de ser necesario, lo volveremos a hacer”.
La embravecida Adelita lo dijo así ante diputados y diputadas locales, alcalde de Delicias y representante de la gobernadora Maru Campos.
Dicho en otras palabras: si vienen por el agua—porque a eso se refería—, va a haber tiro.
Hasta este sábado, la Comisión Nacional del Agua, la mentada Conagua, informaba que las tres presas que son el foco del conflicto tenían un almacenamiento más que aceptable: El Granero, de donde sale el agua no para otra cosa más que para pagar el Tratado Internacional de Aguas, estaba a más del 100 de su capacidad, con 286.89 hectómetros cúbicos, Las Vírgenes, a la que probablemente se refería la señora “Adelita” Irasema, contaba con 312.53 hm3 y La Boquilla, la “joya de la corona”, tenía 2,099.23 hm2.
Todo bien, excepto que México aún debe agua para cumplir sus compromisos dentro del Tratado Internacional de Aguas, que el ciclo agrícola apenas empieza, y que el verano aún no llega con su calcinante sol a evaporar buena parte de los cuerpos de agua.
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Le salió bien el tiro a la Secretaría de Hacienda con eso de habilitar todos los medios posibles para que a gente pague sus contribuciones desde lejos, en la comodidad de su hogar o bien, en una “pasada” que se den al súper o al banco.
El sábado, la dependencia a cargo de José de Jesús (Pepe, para los cuates) Granillo que ya llevaban 784 mil 876 trámites de revalidación en el estado, y que, de esos, 404 mil 423 se hicieron por medios alternos de pago, lo que representa un 45.95 por ciento de avance del total del padrón.
Ya desde la anterior administración se habilitó el portal ipagos.chihuahua.gob.mx y ahora, en esta, se abrió el número de WhatsApp para que el dueño o dueña del auto haga su pago desde su teléfono y no vaya a amontonarse a las recaudaciones de rentas.
Buen “tip” para el SAT, ahora que entró al último mes para que las personas físicas presenten la declaración anual.
No como cuando traían a la gente yendo y viniendo a las oficinas de Pino y Cosmos a pedir “el papelito rosa”, si no es que la fe de bautizo para hacer trámites fiscales.
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Casi les da el infarto, pero a las autoridades penitenciarias…y a algunos más. La versión de que el exgobernador Duarte había sufrido un infarto reventó unas cuantas ampollas entre autoridades estatales y le alteró el ánimo a dos que tres, ante la posibilidad de que una personalidad de ese peso mediático sufriera un accidente cardíaco de graves consecuencias mientras está bajo la custodia del Gobierno del Estado.
De inmediato, la SSPE se apresuró a desmentir el supuesto ataque cardiaco, mientras que una parte del equipo de defensa del exgobernador salió a los medios a pregonar que el estado de salud del ballezano pendía de un hilo.
La crisis mediática derivada de la enfermedad de Duarte trajo al tema la precaria condición en que se encuentra el Cereso No. 1 en materia de salud y lo difícil que sería atender una contingencia como lo es un infarto a cualquier órgano del cuerpo.
Nada más para darnos una idea: según el INEGI, el 7.7% de la población penitenciaria del estado (casi 9 mil personas) sufre hipertensión. Es decir, son unos 630 internos e internas tienen ese mal.
Más aún: el 3.7 tiene diabetes y el 3.3% hepatitis y el 2.5 tuvo Covid.
Es de suponer que la mayoría de esos reclusos no tienen manera de que los vea un médico particular, ni la atención encima de ellos para que los atiendan de inmediato. Dicho de otra forma: que el “infarto” mediático deberían tenerlo con el solo hecho de que tanta gente, más de mil personas recluidas, está en condiciones críticas de salud.