Si ya se nos bajó el entusiasmo por la victoria o la muina por la derrota, es hora de hacer un recuento de los daños causados por el vendaval electoral del domingo pasado, atender a los heridos y, de plano, despedirse de las “bajas” políticas que dejó esta batalla.
Con un resultado tan poco común, donde ambas fuerzas en disputa pueden cantarse ganadoras, bien vale espulgarles a las cifras para hacer una cuenta objetiva y ver quiénes deberán pasar a ocupar el banquillo de los acusados.
En primer término, habría que llamar a Brighite Granados de la Rosa, la fantasmagórica dirigente estatal de Morena, que nomás no dio la cara, ni ató ni desató nada.
A ella se le puede cargar el hecho de que el morenismo perdió el Congreso y, de no ser por la operación de Cruz Pérez Cuéllar en Juárez, se hubiera tenido que conformar con triunfos como el de Namiquipa.
El alcance de sus resultados no pasó de los burritos de Villa Ahumada, con todo el tsunami guinda que inundó al estado y al país.
En segundas, a Ariadna Montiel, la secretaria del Bienestar que la hizo de poder tras el trono en el morenismo de Chihuahua, porque su sombra y su mano meciendo la cuna le impidieron al morenismo entablar alianzas con otras fuerzas, con organizaciones y, sobre todo, con su propia militancia.
El resultado está ahí: ganaron la votación, pero les pasaron por encima en los municipios y en los distritos. Y eso que ganaron apabullantemente la elección presidencial. Si alguien es responsable de que Morena no haya aumentado su representación en el Legislativo de Chihuahua, es ella.
A otro al que le hablan para que pase a recoger su finiquito es al exalcalde de Chihuahua, Marco Adán Quezada. Llegó a Morena por un “último baile”, tratando de ganar el Distrito 08 federal para la 4T, pero salió pisoteado.
Cuatro puntos de ventaja le sacó su excompañero de partido, Alejandro Domínguez, con todo y el deslave que enfrenta el PRI. No hubo “último baile”, al menos a él y se le acabó la tanda.
Eso, en cuanto a los morenistas. Ya les pasaremos “lista de presentes” a las otras fuerzas políticas en este recuento de daños.
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El alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, se tomará casi un mes de vacaciones antes de retomar el puesto que dejó encargado para irse a buscar la reelección, la cual finalmente consiguió.
Aunque la campaña terminó el jueves pasado, los comicios se celebraron el domingo, y en esta semana se le entregará su constancia de mayoría, el señor Bonilla no se presentará a trabajar a la Presidencia Municipal sino hasta el mes de julio.
Así lo hizo saber él mismo en una entrevista radiofónica, aunque no detalló si esos días de asueto autoasignados serán con o sin goce de sueldo.
Por lo visto, para Bonilla, un mes y días de campaña electoral dejan exhausto a cualquiera y él necesita recargar pilas antes de regresar a despachar en su oficina de la avenida Independencia.
Entre tanto, el suplente, Jorge Cruz Russek, continuará al frente de la Presidencia Municipal y así seguirá hasta que el titular se reponga de toda la corretiza que se puso el mes pasado para pedirle a sus gobernados que le renovaran el contrato como alcalde.
¡Qué tiempos estos! En otras épocas, los “animales políticos” que gobernaban al país no prestaban ni un solo día la silla, y si lo hacían, era por una razón de verdadera fuerza mayor y por un periodo bien definido, y ni un minuto menos.
Tampoco se imagina uno a alguno de aquellos políticos tomándose el día durante la jornada electoral.
El propio Marco Bonilla contó en entrevista que el 2 de junio se fue a El Paso, Texas, a dejar a sus suegros en aquella ciudad.
A ver si entendimos: en el día cuando iba a ser reelecto o despedido, según fuera el caso; cuando su partido buscaría retener la mayoría en el Congreso del Estado, las senadurías, diputaciones federales y la Presidencia de la República, él andaba en carretera.
No, pues sí, algo ha cambiado últimamente.
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A las personas encargadas de dirigir las políticas de educación en el estado se les olvidaron dos fechas, y lo interconectadas que están la una a la otra: el 15 de mayo, Día del Maestro, y el 2 de junio, día de la jornada electoral, “la más grande en toda la historia”.
A alguien se le olvidó que los profesores de los sistemas estatal y federalizado reciben Bono de Recuperación y Reconocimiento como parte de los festejos del Día del Maestro.
En otras épocas, se entregaba el mismo día y durante la ceremonia de reconocimiento a los mentores, pero en fechas recientes, se hizo durante la segunda quincena de mayo, y no más.
Regularmente, la autoridad estatal era cuidadosa en no exceder los plazos y entregar al magisterio ese importante incentivo que le cae de perlas a los profesores que ya están jubilados o pensionados.
Y, claro está, siempre se cuidaron los tiempos y las formas, de modo que el magisterio, un pilar de la operación electoral del estado y del país, estuviera contento con sus incentivos en la bolsa antes del día de la jornada electoral.
Pero ahora, a alguien se le olvidó que el domingo 2 había elecciones y el bono de marras lo entregaron hasta el lunes 3.
Es decir, que la segunda quincena de mayo se pasó y los “profes” jubilados no recibieron su incentivo.
Si así cuidaron la relación con el magisterio estatal y el federalizado, ahora entendemos por qué andaban tan distantes y operando cada quién por su cuenta en plena víspera de los comicios del domingo pasado.
El lunes, la Secretaría de Educación y Deporte, (SEyD) y Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (Seech) anunciaron la entrega de esos bonos, con 15 días de retraso.
La inversión total de 29 millones 929 mil 500 pesos, en beneficio de 11 mil 085 beneficiarios.
Ni era tanto el dinero, pero, ¡ah, qué bien le hubiera caído a los jubilados si se los pagan antes del domingo 2 de junio!
Porque, mientras el sector educativo del estado reaccionaba a velocidad de oruga, el Gobierno Federal se apresuró a entregar los pagos de sus múltiples programas sociales, de modo que todo mundo anduviera con la barriga llena y el corazón contento antes de ir a la casilla a votar.
Lo bueno es que, independientemente del resultado, los profes jubilados ya tienen su incentivo, pero para la otra, no hay qué ser, dénselos cuanto antes.
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¿Qué anda haciendo Javier Corral? Además de esperar a que le entreguen su enésima constancia de senador de la República, y de presentarse de cuando en cuando a su librería, anda bastante activo, echando grilla por acá y por allá.
El expanista, metido ahora a operador del “Segundo piso de la 4T”, ataca en dos frentes, en espera de llegar a la Cámara Alta y empezar a usar la tribuna para echar madres y padres contra sus enemigos políticos.
En redes sociales, opera a través de dos cuentas de X, antes Twitter. En una, YoxJavierCorral, o @YoxJavier, se dedica casi por entero a atacar a la gobernadora Maru Campos, su némesis, y a los aliados políticos de ella.
En la otra, a vitorear a la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum y a proyectarse como todo un alfil del Gobierno que iniciaría funciones el 1 de octubre próximo.
De hecho, la foto de perfil de la cuenta @Javier_Corral es una en la que aparece junto a la ganadora de la pasada elección presidencial.
En su tuitazo más reciente, publica una fotografía donde se le ve muy sonriente, abrazando a la virtual presidenta electa. En el mensaje, dice, cual corifeo: “Claudiashein La primera mujer que se convierte en Presidenta de México, en 200 años de historia independiente. También como la candidata más votada de toda época; su discurso de hoy señala un camino de esperanza para reencontrarnos como Nación en la pluralidad, el disenso y la concordia. Felicidades Presidenta!!!”.
Así anda matando el tiempo, en lo que se sube otra vez al presupuesto. En días próximos habremos de saber qué sucede con el exgobernador de Chihuahua más abominado por el Partido Acción Nacional, y eso que fue postulado por ese instituto político.
Ocupa el 9º lugar en la lista plurinominal de Morena de candidatos al Senado de la República, así que es muy probable que se le haga entrar, de regreso, una vez más.