Entender esto de las encuestas está más difícil que leer un texto escrito en sánscrito, la verdad.

Porque, los resultados de la encuesta de Mitofsky sobre las preferencias entre la población de Chihuahua para el Senado de la República indican que Morena va en caballo de hacienda, y con amplio margen.

Según la casa encuestadora de Roy Campos, Andrea Chávez y Juan Carlos Loera, de la 4T, traen una intención efectiva de voto del 52%, contra un 34% de la fórmula Mario Humberto Vázquez y Andrea Chávez, de Fuerza y Corazón por México, que traen un 34. Les sigue, muy de lejos, Zury Fernanda Espino de Movimiento Ciudadano, con un 8%.

Son 18 puntos de ventaja en un estado donde el PAN se sentía como en casa, seguro de ganar la mayoría de los distritos federales y de mantener la mayoría en el Congreso Local.

Ese va a ser el punto ahora: si la elección al senado se va a parecer a la de presidencia de la República, lo cual es del todo probable, o si se convertirá en un “tsunami” guinda que llevará a la 4T a hacerse de la mayoría parlamentaria en Chihuahua.

Tampoco está de más considerar si esa preferencia empujaría para ver cambios de guardia en municipios gobernados por el PAN desde hace varios trienios, como Delicias o Camargo.

Más allá de los puntos de intención de voto, lo que llama la atención es la diferencia tan grande que hay entre el dueto morenista respecto al prianista en lo que se refiere al conocimiento de la gente.

Según Mitofsky, los más conocidos son Juan Carlos Loera de la Rosa, con un 65%), seguido por su compañera Andrea Chávez Treviño, con el 54%.

El resto de los aspirantes tiene menos del 30% de conocimiento. Esto es, que siete de cada 10 encuestados no tiene el gusto de conocerlos, pese a que los prianistas han estado en cargos que dan exposición mediática.

Lo curioso del caso es que el candidato del PRIAN, Mario Vázquez Robles no es el más conocido de las-los seis aspirantes y, pero sí el que tiene más expresiones favorables de parte del público encuestado.

El panista metido a candidato del PRI y el PRD tiene un 42.7% de opiniones buenas y un 22.5 de regular, solo un 6.1% de malas y el restante 38% no lo conoce.

Mas raro aún, que Daniela Álvarez, diputada federal que suele tener protagonismo en la tribuna de San Lázaro, tiene el mismo rango de “conocimiento” que Zury Fernanda Espino, de MC. Es más, la candidata “fosfo-fosfo” le gana por unas centésimas, pues tiene un 27.9 contra u n 27 cerrado de la panista.

Algo anda mal en esto de hacer política desde el Congreso o en el aparato gubernamental, porque a Vázquez, expresidente estatal del PAN, excoordinador parlamentario y exsecretario de Obras Públicas en el Gobierno del Estado, lo conoce apenas el 28.8% de las y los encuestados.

A saber, cómo va a quedar el resultado, pues faltan muchos días para la elección. Lo que sí es que esta nueva entrega de Mitofsky va a motivar airadas discusiones, ingesta de litros y litros de café y una andanada de descalificaciones a las encuestas.

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Y ya que hablamos de Mitofsky, el viernes publicó su ranking de alcaldes de 150 municipios del país y pues, no le trajo buenas noticias al “suplente” Jorge Cruz Russek.

Más bien podríamos decir que salió movido en la foto, porque se fue a más de 15 lugares por debajo del ranking que solía tener Marquito Bonilla, quien le dejó encargado el changarro en lo que se va a hacer campaña para la reelección.

En la entrega correspondiente al mes de mayo, Cruz Russek se fue hasta el lugar número 37, con un 52.5% de aprobación.

Nada mal, estar arriba del 50 para un político, y en estos tiempos, sabe a gloria. Lo malo para él es que quedó lejos, muy lejos del alcalde chihuahuense mejor ranqueado, y casi tan lejos como el segundo lugar.

Ahí sí que le dolería a cualquiera, que un compañero de partido que gobierna un municipio con mucho menos habitantes te gane.

Es el caso, porque Alberto Pérez Mendoza, de Cuauhtémoc, obtuvo un 53.8% de aprobación que le permitió ubicarse en el lugar número 17 de toda la lista de 150 colegas alcaldes.

Al menos puede decir el “carnal” de Chihuahua que le ganó a Jorge Rabeling, de Parral, quien quedó por debajo de los 50s, pues le dieron un 48% de calificación que lo mandó al lugar número 83.

Lo cierto es que Cruz Russek lleva apenas unas semanas en el cargo y que es bien sabida su condición de suplente, por lo que regresará las llaves del ayuntamiento tan pronto pase la el proceso electoral.

Sin embargo, bien vale destacar que, pese a ser el mismo cargo, la misma ciudad y los mismos gobernados, el rango de aceptación cambió drásticamente, al salir de los 20 primeros lugares. Bueno, al menos puede decir que quedó en el “top 40”.

Poca es la presencia que ha tenido en términos mediáticos, aunque ya tuvo la ocasión de aventarse una “perla” de esas difíciles de olvidar, como eso de decir que Chihuahua es la Suiza de México.

Como chiste malo, pasa, pero como lectura de la realidad de la ciudad que gobierna, de plano, ni la burla perdona.

Si la caída en el tablero resulta molesta o dolorosa, peor aún ha de ser que quien encabeza la lista es uno de la 4T, el odiado rival del prianismo de Chihuahua.

Así es: entre los cuatro alcaldes chihuahuenses que fueron evaluados, Pérez Cuéllar quedó primeras.

Y pensar que lo tienen de rival allá en Juárez.

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Ojo, señoras y señores de la 4T que ya se van porque se les acaba el sexenio: no resolvieron el problemón que tiene Chihuahua en materia de agua, ni pusieron freno al “guachicoleo” que se hace desde las mismísimas oficinas de la Conagua.

Datos contenidos en un estudio por demás serio, elaborado por personal que ha trabajado en esa dependencia, nos indican que la entrega de concesiones para explotación de pozos es una verdadera pachanga.

Tanto, que se ha creado una suerte de mercado negro de concesiones, en la cual, un mismo pozo llega a tener de tres a cuatro dueños.

Esto, debido al tráfico de documentos falsos y a la entrega de concesiones “cachirules”, mediante trámites que se resolvieron al “ahí se va”, sin siquiera ver si el pozo en cuestión ya estaba ocupado.

Si a eso le agregamos la proliferación de documentos falsos, caemos en la cuenta de que un pozo está “vendido” a dos y hasta a tres personas distintas.

El dato antes mencionado forma parte de un diagnóstico sobre el horripilante panorama que enfrenta el municipio de Chihuahua en materia de recurso hídrico, pues sus fuentes habituales están sobreexplotadas y nada más no encuentran una alternativa que los suplante.

Así, el agua que bien podría abastecer a las ciudades del centro y centro-sur del estado se gasta en actividades agrícolas donde no todos cuentan con sistemas de riego tecnificados, lo que provoca un enorme desperdicio.

Los mismos productores están alarmados por el crecimiento exacerbado del cultivo de nogal, planta que demanda más agua que otros cultivos que pueden ser igual de rentables, pero no tan sedientos como los frondosos nogales.

Entre los estudiosos del tema, va en aumento la interrogante de por qué un árbol de nogal o una hectárea de alfalfa se llevan más agua que cientos de personas que la requieren para su consumo diario.

El detalle es que la sequía sigue en aumento, las lluvias no tienen para cuándo, los pozos se están agotando y, cuidado, ya viene la fecha límite para abonarle al Tratado Internacional de Aguas.

¿Así o más difícil?

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La Cámara de Diputados “carrereó” al Congreso de Chihuahua y al resto de los legislativos estatales para que modifiquen sus leyes en materia de vialidad para poner sanciones severas a quien conduzca en estado de ebriedad, hable por teléfono móvil o mande “mensajitos” mientras está frente al volante.

Mediante el oficio No. DGPL 65-II-3-3310, el Congreso de la Unión les mandó pedir a sus “pares” en los estados que, para ayer, armonicen su marco normativo a fin de establecer en sus legislaciones correspondientes las regulaciones vigentes relacionadas con el uso del celular al manejar.

En el artículo 49 de esa ley, se establece que todas las leyes del país en esa materia deben establecer la prohibición de hablar por teléfono celular o cualquier otro dispositivo electrónico o de comunicación.

Tampoco se debe leer y/o enviar mensajes de texto por medio de cualquier tipo de dispositivo electrónico, salvo que se realice mediante tecnología de manos libres.

Y bueno, de tomarse “selfies” cuando van conduciendo el auto, mejor ni hablemos. Esos merecen que les cancelen la licencia.

La misma ley indica que, cuando las o los conductores necesiten utilizar dispositivos electrónicos o de comunicación para la prestación del servicio de transporte, el teléfono celular o cualquier otro tipo de dispositivo electrónico deberá estar debidamente colocado en un sujetador que facilite su manipulación y que no obstaculice la visibilidad al conducir.

Esto, para los que dan servicio de transporte mediante el uso de plataformas digitales.

Además de darle duro con las multas a los que no sueltan el celular, va además la obligación de las entidades federativas y los municipios de hacer las llamadas “pruebas de alcoholemia”, pero de manera permanente con el objetivo de evitar la conducción de cualquier tipo de vehículos bajo el efecto del alcohol.

Para tal efecto queda prohibido conducir con una alcoholemia superior a 0.25 mg/L en aire espirado o 0.05 g/dL en sangre, salvo las siguientes consideraciones:

Si bien el exhorto les pide a los estados que legislen para que quede bien claro que la autoridad competente realizará el respectivo control de alcoholimetría mediante el método aprobado por la Secretaría de Salud Federal, en Chihuahua ya se adelantaron, porque ese precepto ya está plasmado en la ley.

Así que apúrenle a legislar, y a promover el uso responsable de los teléfonos celulares.