El informe entregado por la Fiscalía General del Estado al Congreso estatal tiene datos halagüeños en cuanto a disminución de incidencias delictivas durante los primeros ocho meses del año. Sin embargo, Juárez continúa en “foco rojo”, como el municipio donde se concentra el 53. 9 por ciento de los homicidios ocurridos en el estado en ese período.

El informe incluye cifras y datos sobre los delitos de mayor impacto social en el estado, como homicidios, robo a casa habitación, de automóvil y a negocios, así como los de violencia sexual e intrafamiliar, entre otros.

Los datos que ya están en manos del Congreso aún no aparecen en el informe mensual del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, por lo que el Legislativo local fue el primero en conocer el comportamiento delictivo entre enero y agosto de 2023.

Según esas cifras, agosto cerró con mil 444 víctimas de homicidio, la cifra más baja en los últimos nueve años, y 65% menor a la del 2022, cuando cerró ese mes con 2,016 personas fallecidas de manera violenta.

El período enero-agosto de 2023 es el más bajo desde el 2016, cuando se registraron 1,460 casos.

La mala nota es para Juárez, que acaparó el 53.9% de las víctimas, con un total de 779.

En un año que inició con una terrible balacera en el centro penitenciario Cereso 3, donde murieron violentamente 10 custodios y siete internos, y además se fugaron 30 reos, Juárez mantuvo esa tendencia y registró un incremento desproporcionado, mientras otros municipios iban a la baja en esa penosa estadística.

De todo el informe, llama la atención que solo cinco municipios abarcan el 84% de los casos de homicidio: Chihuahua, con 277, Cuauhtémoc, con 92; Guachochi, 40 y Guadalupe y Calvo, 34. Total: 1,224 víctimas en solo cinco municipios.

En cambio, en 20 municipios no se registraron homicidios y en otros 14 solo hubo uno.

Los datos llegan justo a tiempo, cuando el Congreso del Estado va a empezar las discusiones en torno al presupuesto que ejercerá el Gobierno durante el agitado 2024, año en el que se renovarán casi todos los cargos públicos habidos y por haber, excepto la gubernatura.

Ojalá les sirvan de algo para analizar y modificar las políticas públicas en materia de seguridad para la frontera.

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El diputado Luis Aguilar Lozoya sigue tirando rostro ahí en el mero centro de Chihuahua.

Como informamos oportunamente en esta argüendera columna, la imagen del diputado camarguense se apareció de la noche a la mañana en una cartelera ubicada en la calle Aldama, entre Ocampo y Segunda, a unos pasos de la Torre del Congreso y casi enfrente del restaurante “fifí” a donde acuden los políticos mejor tratados por el presupuesto.

Como es costumbre en estas fechas electoreras, el o la aspirante no aparece en el cartel por sí sola, ni mucho menos. ¡Cómo creen! La propaganda la paga una revista cuya portada se engalana con la foto del o la aspirante a algún cargo que ande por ahí en disputa.

La imagen de Aguilar correspondía a la portada de la revista “Pro Chihuahua” … pero de hace como tres meses. O sea que a estas alturas ya debieron haber publicado otra edición ¿o está en promoción la que le dio la cubierta al diputado local, entusiasmado por la idea de ser senador o, aunque sea, diputado local?

Lo curioso del caso es que, en aquellos días, la revista colocó carteles por todos lados, incluso en unos cilindros receptores de basura reciclable que los hay por todos los parques públicos de la ciudad, pero solo ha renovado el cartel que está en el centro.

En esta nueva foto, ya no aparece con fondo blanco, como en el cartel que, dicho sea de paso, ya estaba bastante deteriorado y descolorido, sino que es de un gris oscuro que contrasta con la camisa blanca del “entrevistado”.

Como ya hemos comentado, la ciudad se llenó, de pronto, de carteles promocionales de revistas “religiosas”—porque sabe Dios dónde y cuándo circulan—en cuyas portadas aparecen políticos que eran perfectísimos desconocidos, pero que ahora andan querendones de un hueso de alcance federal.

A ver si se le hace al diputado por el distrito XX local con cabecera en Camargo. Él andaba buscando la candidatura al senado o, si no, aunque sea la diputación federal por el distrito V de Delicias. Aunque sea. Buen intento lo de su cartel, pero ya hay muchos otros, la mayoría, de miembros del PAN, su partido. A ver quién gana.

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La jirafa “Benito” no es un migrante ilegal. Nada de eso: llegó a Juárez por la derecha, con papeles en mano, autorizaciones de las instancias competentes, registrada, con su marquita en la oreja y todo lo demás.

Así que no le estén diciendo que no debería vivir en el Parque Central de Ciudad Juárez porque justamente para eso la mandaron, para cubrir el espacio que anteriormente ocupó la querida y añorada jirafa Modesto.

Palabras más, palabras menos, eso es lo que dice la respuesta que dio la Secretaría de Desarrollo Humano y Bien Común del Gobierno del Estado, Sandra Yamileth Rivas, mediante el oficio SDHYBC/DS/E-253/2023, en la respuesta que le envió al Congreso local sobre la legal estancia de Benito, tanto en la ciudad como en el Parque Central.

La petición de información partió de una iniciativa de punto de acuerdo de la diputada juarense por Morena, Rosana Díaz Reyes, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, Ecología y Desarrollo Sustentable del Congreso del Estado.

Benito es un animal exótico, ciertamente, pues está fuera de su hábitat natural, que sería la sabana africana.

El documento enviado al Congreso en respuesta a la petición de Rosana Díaz dice que la jirafa “juaritos” fue donada por el Zoológico Fiesta Safari con todas las de la ley y los registros que establece la normatividad mexicana.

Así que no hay por qué reclamar, ni decir que debería estar en otro lado, menos en Juárez, porque se corrieron todos los protocolos que corresponden a la introducción de un animal que habita en otras partes del mundo.

Nada más hay un detalle: Benito no puede tener pareja, porque el espacio y las condiciones en las que se encuentra no permiten que haya “tasa de aprovechamiento”.

El problema para nuestra querida jirafa es que, sin que ella la lleve ni la tema, va a seguir siendo foco de atención ahora que se desataron anticipadamente las campañas electorales.

Pobre, si supiera en las que anda, preferiría regresarse a su zoológico de origen, o de plano a su tierra.

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Por primera vez en casi 20 años, el Partido del Trabajo quedó fuera del cuerpo directivo del Congreso del Estado de Chihuahua, al quedarse sin representación en la 67ª Legislatura.

Para ser exactos, el partido rojo y amarillo desapareció del mapa del legislativo chihuahuense por primera ocasión desde la 58ª Legislatura, cuando inició una presencia que se prolongó hasta el inicio de la actual.

Aunque llegó al Congreso del Estado por primera vez en el año de 1998, lo hizo bajo las siglas del Comité de Defensa Popular, que en ese entonces era un partido de registro estatal.

El representante elegido fue Rubén Aguilar Jiménez, quien haría la primera de sus cuatro apariciones en el Congreso del Estado como diputado local.

En las legislaturas subsiguientes, desfilaron otros miembros de la misma familia: Rubén, Lilia, Nadia Hanoi y América Aguilar Gil.

Fue hasta la elección del 2021 cuando el PT no postuló a ningún miembro de esa familia para encabezar la lista plurinominal.

Es así como Jael Argüelles llegó a la curul, pero al cambiar de denominación hacia Morena, pues dejó al PT sin representación en la Junta de Coordinación Política.