¿Se acuerdan que les dijimos que al alcalde Marco Boni-lla le encantaba ver su nombre en la parte más alta de la publicidad que difunde, con recursos públicos, el Gobierno municipal que está bajo su encargo?

Pues bien, ayer, a esta Doña le confirmaron que se trata de una instrucción concreta y específica que ha llegado no solo a las dependencias centralizadas del Gobierno municipal, sino también a los organismos descentralizados.

Es decir, que cada que emitan alguna información, lo primero que deben decir es que todo se debe a la mano maravillosa y todopoderosa del alcalde Marco Bonilla.

Nada más para darnos una idea de ese culto a la personalidad con dinero de todos los chihuahuenses, hay que ver el comunicado que se gastaron ayer:

“Para reforzar el compromiso del alcalde Marco Bonilla, de velar por espacios dignos que abonen al óptimo desarrollo de las familias de Chihuahua Capital, el Gobierno Municipal, a través del DIF, en colaboración con la Dirección de Obras Públicas, da a conocer a la ciudadanía que las obras de ampliación en el centro comunitario Palestina concluirán el próximo mes de mayo”.

O sea, la obra es lo de menos: aquí lo que importa es que Marquito Boni lo pidió.

¿Y del 134 constitucional, ese artículo que prohíbe difundir imágenes y obras de los funcionarios? Ni quién lo pele.

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Este miércoles 5, el Gobierno del Estado y los concesionarios del transporte público de pasajeros anunciaron la nueva tarifa que le cobrarán a los usuarios de ese servicio, que tantas quejas justificadas produce.

Ayer, sí, cuando los más de 800 mil estudiantes de los diversos niveles están de vacaciones, y cuando el tren de trabajo de las maquilas disminuye con motivo del asueto.

Nos confirman que, en efecto, la tarifa ya estaba establecida: 12 por pasajero, y 6 para estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidad.

Lo único que postergaron fue el anuncio oficial y la entrada en vigor de la nueva guantada al estómago del público consumidor.

Así, sin hacer ruido, lunes próximo, cuando inicie la segunda semana del período vacacional, el viaje en camión urbano ya costará cinco pesos más.

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Las consultas ciudadanas emprendida por el Instituto Estatal Electoral quedaron en lo que habíamos mencionado en este paso: los secretos mejor guardados de todo el ámbito político de Chihuahua.

Vamos por partes: por un lado, la organización ambientalista “Salvemos los cerros” había pedido someter a consulta la declaratoria de “Área natural protegida” a todos los cerros que rodean a la ciudad capital e incluso a algunos cuyas faldas llegan hasta municipios cercanos.

Para ese efecto se requería aprobar reformas a al menos seis leyes estatales que de una forma u otra tienen relación con la preservación de los recursos naturales del estado.

Esa demanda tiene ya algunos años, incluso antes de que surgiera la agrupación promotora de la consulta, pues desde aquel tiempo cuando se aprobó la instalación de antenas transmisoras en la cima de los cerros “El Coronel” y “Santa Rosa” habían surgido voces que clamaban por proteger esos espacios.

Esa era una. La otra tenía que ver con una petición que presentó el grupo parlamentario de Morena para que la población decidiera sobre la realización del proyecto Torre Centinela.

Pues bien, ninguna de las dos tuvo el mayor respaldo posible de la población, y es del todo explicable, pues el IEE no promovió en momento alguno la participación de la población en esos ejercicios que, por lo demás, forman parte de las acciones con las que justifican su existencia en temporada no electoral.

Los promotores se preguntan ahora si a eso se referían cuando hablaban de que el INE y el IEE “no se tocan”. “No se tocan…” no los vayan a despertar y los pongan  a trabajar con cosas como promover la participación ciudadana.