La gira de Claudia Sheinbaum por Chihuahua fue una especie de adelanto de cómo serán las relaciones entre un Gobierno de la República gobernada por la 4T en una segunda edición, y la administración prianista que encabeza Maru Campos.

“Institucional”, contestó la aspirante presidencial, así, a secas, sin más ambages ni adornos, cuando se le preguntó cómo sería el trato entre dos gobiernos emanados de corrientes políticas completamente enemistadas, ni digamos confrontadas.

Y de ahí no la sacaron: “institucional”. Se le preguntó de qué irá su gobierno respecto a Chihuahua, donde la administración estatal ha tenido una postura beligerante respecto al gobierno del presidente AMLO.

Otra vez: institucional. Ándele pues, doctora. Hay que ver que las acciones adversas a la 4T de parte del gobierno chihuahuense fueron total y absolutamente institucionales: la entrega de los libros se resolvió en los tribunales; la negativa a firmar el convenio del IMSS-Bienestar está apegada a derecho, y la disputa por el agua les da verdades jurídicas a ambas partes. Es institucional, pues, y no se han resuelto de manera amigable.

La doctora en ingeniería, física de profesión, jefa de Gobierno de la Ciudad de México con licencia, no movió ni un decibel el tono de su voz cuando se refirió al gobierno chihuahuense. De hecho, ni mencionó por su nombre a la gobernadora.

Solo se limitó a decir que van “arriba en las encuestas”, incluso en Chihuahua. Sin embargo, cuando se le pidió que proporcionara esas encuestas, solo se limitó a decir que eran “para uso interno del partido”.

“Pero Maru dice que lo va a romper hocico a Morena”, se le insistió. La respuesta fue la misma: institucional.

Dichas así las cosas, habrá que ver que las peleas de box o las de artes marciales mixtas también son institucionales, pues las rigen asociaciones internacionales y se disputan con base a un reglamento vigente en casi todo el mundo.

O sea que también la ruptura de hocico puede ser institucional.

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Mario Vázquez y Daniela Álvarez arrancaron una nueva etapa de su relación político-personal, al registrarse como las dos candidaturas propietarias al Senado de la República por la coalición de partidos que conforman “Fuerza y Corazón por México”.

Los ahora compañeros de fórmula tuvieron una relación sentimental que ellos mismos hicieron pública y que trascendió a las funciones políticas que cada uno desempeñó en aquellos años del 2010 al 2016, cuando el ala PAN-Duartista campeaba como potro en el llano, sin cerca que lo detuviera.

Son la otra “pareja ideal”, aunque ahora sea únicamente en el ámbito de la política. ¿Cómo dice la frase: “donde hubo fuego…”?

Expresidente estatal del PAN, diputado local con licencia y hasta antier, secretario de Comunicaciones y Obras Públicas del gobierno estatal, Mario Vázquez se colocó en la cima de las preferencias desde el inicio de esta extraña contienda por la candidatura a la Cámara Alta que nadie sabe exactamente cuándo arrancó.

A punta de colocar espectaculares a diestra y siniestra, y de inaugurar cuanta obra de construcción hiciera el gobierno estatal, así fuera una simple banqueta, el que fuera coordinador parlamentario del blanco y azul se abrió paso en un entorno donde abundaban los panistas querendones de esa postulación.

En caso de ganar el escaño, Vázquez Robles asumirá el cargo cuando todavía tenga la investidura de diputado local, aunque con licencia. O sea, que de la Torre Legislativa del Congreso de Chihuahua se brinca al Gobierno del Estado y de ahí, el gran salto hasta el Senado. ¡Un auténtico “Chapulín azulado”!

Daniela Álvarez también dejará su cargo, así de “por mientras”, para irse de candidata, con la esperanza de sólo cambiar sus pertenencias de San Lázaro, donde despacha como diputada federal, a la torre de Reforma e Insurgentes, ya investida como senadora de la República.

Desde ya, los apostadores de la política hacen sus quinielas para saber quién ganará en esta prolongación del “pique” personal entre la panista y su paisana-compañera de legislatura, Andrea Chávez, quien contenderá por Morena.

El reto para ambos panistas no es solo ganar, sino recuperar el estado para su partido, pues en los comicios del 2018 perdieron esa elección contra Morena por apenas seis puntos de ventaja. Asociado ahora con el PRI, el panismo apuesta a ganar por nocaut en el estado donde gobiernan a plenitud.

Es decir, que no solo deben ganar, sino “romperle el hocico” al morenismo, que hoy anda muy ufano presumiendo sus 30 puntos de ventaja en la carrera presidencial. 

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A esos de Massive Caller cómo les gusta provocar indigestiones, sobre todo, al panismo chihuahuense que tanto los quería.

En su más reciente entrega, la polémica casa encuestadora que aborda a sus entrevistados a través de “robots” telefónicos da una clara ventaja a Morena en siete de los nueve distritos federales en los que está divido el estado de Chihuahua.

Es decir, que el PAN ganaría solo los dos distritos de la capital del estado, ahí, donde Morena nunca ha ganado ni una elección de sociedad de alumnos.

De lo demás, está por verse, porque en al menos tres distritos hay ventaja morenista, pero en condición de casi empate técnico.

Los distritos 1, 2 y 3 de Juárez quedarían en manos de los de la 4T por un amplio margen, mientras que el 4 también se lo llevarían, aunque con una apretada ventaja: 46 de Morena vs 36.8 de las huestes prianperredistas.

Vale señalar que esas demarcaciones tienen por cabecera el morenista municipio de Juárez, donde el “morealcalde” Cruz Pérez Cuéllar anda operando cual si fuera el dueño del partido.

De los dos de Chihuahua, que se olviden, porque ahí el PAN tiene una amplia ventaja, según Massive Caller: en el VI, “uno de los mejores lugares del país para ser panista”, como lo bautizamos en esta dicharachera columna, tiene diez puntos de ventaja, con 44.3 de preferencias contra 34.3 de Morena.

Mientras, en el VIII de Chihuahua, donde Morena lanzaría a Marco Quezada, las cosas están 40.3% a 37% a favor del PAN, o sea, nada escrito.

En el VII de Cuauhtémoc y el IX de Parral hay ventaja de la 4T, pero con un margen tan estrecho que bien podría pasar por empate.

Ya lo hemos dicho, pero no está de más repetirlo: son encuestas, no predicciones, y en el caso de Massive Caller, trae casi un 5% de margen de error. Así que, ni se alboroten los que van arriba, ni se agüiten los que van segundas.

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¿Cómo va la frase esa que le atribuyen al escritor español, Juan Zorrilla? ¿No es: “el muerto que vos celebráis, goza de cabal salud”?

Pues bien, aquí podríamos decir que el “muerto que vos celebráis, goza de electoral salud”.

¿Por qué lo decimos así? Porque la malograda iniciativa de reformas electorales que impulsó el presidente AMLO en meses pasados se contemplaba, entre otras linduras, desaparecer los programas de resultados preliminares, los famosos “PREP” que se aplican en casi todas las entidades del país cuando hay elecciones.

En Chihuahua no será así, pues el Consejo General del Instituto Estatal Electoral ya aprobó la instrumentación de ese programa, mediante el cual, se puede estimar el resultado de los comicios en la misma noche del domingo 2 de junio.

El acuerdo aprobado por el IEE contempla que el PREP aplicará únicamente para las elecciones locales, donde se elegirán a 67 ayuntamientos, igual número de síndicos y 22 diputados de mayoría.

La recolección de datos empezará a las 18:00 horas, 6 de la tarde, casi cuando hayan cerrado las primeras casillas, y terminará a las 20:00 horas, 8 de la noche del domingo 2 de junio de este año.

Para ese efecto, se instalarán 67 “Centros de acopio y transmisión de datos”, donde se recibirán los documentos para comenzar a procesarlos y luego, publicarlos en los tableros del IEE.

Según el acuerdo, el procedimiento constará de cuatro pasos, que inicia con el acopio de las actas de escrutinio, sigue con la labor de digitalización; luego, la captura y finalmente la verificación.

Resultado: que una de las elecciones más tensas, polémicas y controversiales del país arrojarán resultados, así sean preliminares, la noche del mismo domingo 2 de junio, antes de irnos a dormir.