La Comisión Estatal de Derechos Humanos sonó como ese trombón desafinado que les ponen a los malos comediantes cuando cuentan un chiste “sin chiste”. “Para eso me gustaban”, dirían en el barrio.
Y es que el organismo a cargo de Néstor Armendáriz, el ombudsman de Chihuahua, decidió comerse el regaño por demás injustificado que le mandó la CNDH, de Rosario Piedra, y reponer una serie de anomalías que en realidad cometió este último organismo.
Nada más para acordarnos: en marzo pasado, la Comisión Nacional de Derechos Humanos le mandó a su similar de Chihuahua la recomendación 47 / 2023, en la que le señaló omisiones y errores cuando intervino en el caso del asesinato de la jovencita Sonia Ivette Ramírez Ramírez, en el año de 1996 en Ciudad Juárez.
Si bien la CEDH admitió la recomendación, pero para “beneficio de la víctima”, también es cierto que le torcían la mano para que se comiera como cosa suya errores que cometió su “organismo madre” allá en los años 90s.
Entre esos yerros, la CNDH señala que su homóloga de Chihuahua debía hurgar en los medios de comunicación para ver quién les filtró la información sobre aquel lamentable caso que estremeció a la comunidad juarense.
¿Cómo, o sea que ahora la CEDH va a ir a buscar a los reporteros de aquellos años para que les digan quién les pasó los datos? Vayan y búsquenle, si quieren, desde aquí los vemos. ¡Sí, cómo no!
Se entiende que la CEDH no quiere hacerle segunda a una CNDH que actúa desde hace meses como un ánimo político casi partidista, pero otra cosa es asumir como propias las metidas de pata de otros.
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El enfrentamiento verbal por el agua de las presas de Chihuahua va subiendo de tono y de encono, así que más vale que le bajen y mejor se pongan todos a ver cómo le hacemos para cumplir compromisos sin vaciar las presas que surten la cuenca del Conchos.
Como les informamos ayer en esta efusiva columna, las fuerzas vivas de Tamaulipas ya dieron el grito de guerra contra Chihuahua porque, dicen, les “retiene su agua” en las presas que se surten de la cuenca del Conchos-Río Florido, la cual, según ellos, deberían dejar pasar, al menos una tercera parte, para que termine en su estado.
La respuesta que recibieron ayer los paisanos de Rigo Tovar fue una andanada de calificativos que ni siquiera los aludía a ellos, sino al presidente AMLO, como si fuera cosa de él abrir las compuertas y darle el agua a un estado donde gobierna su partido, Morena.
Quien quiera ver así de simple el problema lo único que va a ocasionar es que el río se “rebote” igual que hace cuatro años, cuando la disputa por el agua de las presas Boquilla, Las Vírgenes y El Granero terminó en enfrentamientos violentos con un saldo de dos muertos, heridos y daños considerables.
El problema, nos comentan especialistas en el tema del Tratado Internacional de Agua, es mucho más complejo y tiene que ver con la forma como se repartieron los Estados Unidos y México el agua de las cuencas del río Bravo y, en particular, los escurrimientos de los cauces que lo alimentan, como el Conchos, de Chihuahua.
Ese documento ya fue revisado en el año 2001, durante el gobierno del presidente Vicente Fox, pero no se llegó a un acuerdo claro sobre cómo se iba a contabilizar la entrega de aguas “broncas” y el aprovechamiento de los escurrimientos.
Ahora, los estados fronterizos con Texas, léase Tamaulipas y Chihuahua, más Coahuila y Nuevo León, están a querer y no enfrascados en una lucha interna por ver cómo se van a repartir el agua de toda la cuenca del Bravo.
Por lo pronto, es difícil sentarse a dialogar con alguien que dice que se paga el agua a los Estados Unidos “porque odian” a los agricultores de su terruño, o con quienes quieren incumplir con un tratado establecido desde hace casi 80 años con el país más poderoso del mundo.
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Aunque una no quiera y aunque se haga el propósito de no cargarle la mano a algunos de nuestros poderes establecidos, con el Congreso a veces no hay ni cómo ayudarle.
Resulta que las y los miembros de la 67ª Legislatura sesionaron ayer, miércoles, en vez del jueves, es decir, hoy, porque tenían qué celebrar la Sesión Solemne por la entrega de la Medalla al Mérito Educativo.
Hasta ahí, todo bien: una sesión especial para homenajear a trabajadoras y trabajadores de la educación por una larga trayectoria de servicio, está más que bien y, además, es parte de la agenda que todo diputado y diputada debe conocer desde el inicio de su función.
Lo que no cabe es que hayan aprovechado el viaje para “adelantar” la sesión ordinaria para irse de puente desde el jueves.
Es decir, que hoy, cuando debían celebrar esa sesión, ya están “de libre”.
O sea que, si hacemos cuentas, se tomarán el jueves, el viernes, sábado, domingo y hasta el lunes como días sin sesión. Íbamos a decir que sin trabajar, pero luego se ofenden porque nos dicen que sí andan recorriendo su distrito. Más vale que así sea.
Por si fuera poco, el recinto estuvo como partido del Necaxa en el estadio Azteca, con espacios vacíos dejados por diputadas y diputados que andaban en otra cosa menos en la sesión. En algún momento se llegaron a ver siete curules solas, sin quién las ocupara.
Puente de a cinco días en el recinto parlamentario a pocas manzanas del río Chuvíscar, hoy convertido en canal.
¡Y pensar que al resto de los trabajadores y trabajadoras no se les concedió una semana de 40 horas!
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En fin, que este miércoles 16 de mayo fue algo así como el día de las ocurrencias en el Legislativo.
Por si algo faltara, ayer aprobaron reformas para que haya legisladoras y legisladores de 18 años de edad y hasta secretarios de estado de esos mismos años “de antigüedad”.
A ver si les entendimos: quiere decir que una persona puede ser postulada aun cuando tenga 17, si es que cumple los 18 antes del 1 de octubre, cuando asuma su curul.
O sea que hará campaña en una época de su vida en la que ni siquiera podrá votar, por ser menor de edad.
Eso, sin tomar en cuenta si un joven o una muchacha de 18, recién salida de la pubertad y a las puertas de la educación universitaria ya puede hacerse cargo de, digamos, la Fiscalía General del Estado. ¿Sí, así va?
Habiendo tanto qué legislar en favor de los jóvenes y tenían que salir con eso.