En el cuarto de guerra de Marco Adán Quezada ya están con el casco puesto y el chaleco antibalas bien ajustado para aguantar la andanada que les vendrá en días próximos, proveniente de los cuarteles de su tocayo, Marco Bonilla.
Desde el martes pasado, el propio Quezada publicó un mensaje a través de sus redes sociales en el que advierte que habrá una “guerra de lodo” en contra suya, planeada y ejecutada por el equipo de campaña del alcalde en funciones, metido como anda de candidato a renovar el cargo por otros tres años.
Allegados al exalcalde y ahora candidato de Morena a la diputación federal por el VIII Distrito, ubicado en la capital, nos comentan que se trata de una reedición de una serie de datos y notas difundidas hace años en el que le hacen acusaciones muy serias al político que en ese entonces militaba en el PRI.
Lo que llama la atención es que aquella campaña negra provino, según trascendió en aquel entonces, del mismo interior de aquel PRI que dominaba y controlaba a plenitud el entonces gobernador, César Dee Jay.
Era parte de una estrategia para descarrilar la aspiración del que fuera alcalde de Chihuahua entre el 2010 y el 2013 de alcanzar la candidatura de su partido al Gobierno del Estado.
En su mensaje a través de Facebook, Quezada asegura que va arriba en las intenciones del voto y que eso ha incomodado a la coalición de partidos opositores a Morena.
Al interior del partido guinda también corre el “borrego” de que Marco Quezada ya rebasó a su excompañero priista Alejandro Domínguez en la carrera por ganar el VIII Distrito, pero no hay ningún dato sólido que así lo demuestre.
Si es así, qué mala estrategia, en verdad, porque a estas alturas ya deberían haber valorado partidos y candidatos que las famosas “guerras sucias” ya no pegan, no quitan ni dan votos. Más bien, como que terminan por enfadar al electorado y pues, así, ni cómo evitar el abstencionismo.
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Los candidatos a presidente municipal de Chihuahua, Marco Bonilla, del PRIAN y Miguel La Torre, de Morena, arrancan hoy sus campañas con miras a ganarse el voto de los electores de la capital y ocupar el cargo durante los próximos tres años.
El neomorenista Miguel La Torre inicia su campaña a las 0:00 horas de este 25 de abril, cual espíritu nocturno que busca aprovechar hasta las horas más oscuras para tratar de remontar una cuesta muy pesada en contra de su excompañero de partido.
Lo curioso del caso es que ambos arrancarán en el mismo lugar: la Plaza de Armas, pero con 18 horas de diferencia, porque Bonilla iniciará trabajos a las 18:00 horas, seis de la tarde.
Si bien el trabajo formal inicia hoy, los candidatos empezaron desde hace días a ocupar espacios en redes sociales para ganarle tiempo al tiempo y colocar su oferta electoral antes que su contrincante.
La Torre se convirtió en todo un “tiktoker”, con una serie de publicaciones en las que atacó a su contrincante y se “pitorreó” del alcalde suplente, actualmente en funciones, Jorge Cruz Russek, por aquello de que dijo que Chihuahua era la “Suiza de México”. Mal chiste, la verdad.
El candidato de la 4T ha advertido que su campaña se centrará en señalamientos directos a la gestión de Marco Bonilla, con la supuesta operación de un “Cártel inmobiliario” en torno al fallido proyecto de relleno sanitario en la zona de Mápula.
Bonilla, a su vez, ha advertido en sus redes que se enfocará –como el resto de las campañas del PRIAN– en atacar al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con acusaciones de haberse “robado” los ahorros de las cuentas inactivas de las Afores.
Serán poco más de un mes de campaña, pero de tantos spots que habremos de ver y oír, de debates y acusaciones mutuas, nos van a parecer que duraron años.
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La Junta Central de Agua y Saneamiento, la JCAS, tiene guardado en alguno de sus archiveros un estudio para abastecer de recurso hídrico a la capital del estado procedente de la presa El Granero.
Así, como se lee: el sueño que planteó alguna vez el gobernador Patricio Martínez está escrito e impreso en papel, en espera de que lo saquen de donde está y lo vuelvan a poner en la mesa donde se analizan las soluciones para la capital.
Se trata de un cuerpo que tiene capacidad para 356 hectómetros cúbicos de agua y que, actualmente, está al 90 por ciento de su capacidad.
Si bien se encuentra a 107 kilómetros de la ciudad, y está aguas abajo, existen en el país otros acueductos que tienen mucha mayor longitud y grados de dificultad y, sin embargo, se llevaron a cabo y actualmente están en operación.
Se trata de una “solución definitiva” a las carencias del agua de Chihuahua capital, que actualmente depende de tres acueductos, dos de los cuales están casi abatidos.
El Granero podría darle a Chihuahua los cuatro metros cúbicos por segundo que requiere para cubrir su demanda y con ello quitarse de todos los problemas que causa la extracción del subsuelo de El Sauz, Tabalaopa o Sacramento.
Sin embargo, el proyecto en cuestión ya tiene sus años de antigüedad y tendrían que actualizarlo.
Se requeriría una fuerte inversión para hacer los estudios, construir las redes e instalar la planta potabilizadora. Pero más caro saldría no tener agua.
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La Secretaría de Seguridad Pública del Estado es la “mal portada” en materia de transparencia, pues tiene tres de las cinco denuncias que hay por incumplimiento de publicación de información que debe ser del dominio público.
La más reciente data del 19 de abril pasado, o sea, apenas el viernes pasado, y a la fecha no ha contestado al Ichitaip sobre el procedimiento iniciado en su contra.
Otro más se debió atender a más tardar el 23 de abril del 2024, o sea, el pasado martes, y hasta la fecha se desconoce si ya cumplió con esa obligación.
En total, fueron cinco las denuncias por incumplimiento en materia de transparencia y todas están en proceso, según informó el Ichitaip.
Así inició sus trabajos el nuevo Consejo, cuyos integrantes ya han avisado que le meterán duro al acelerador para abatir un rezago de más de mil 500 asuntos que les dejó de “encarguito” la anterior administración.
Para darle cauce a todo ese mundanal de trabajo heredado, más el que se ha acumulado en lo que va del año, el Pleno aprobó un “Programa anual de verificación y vigilancia de la publicación de las obligaciones de transparencia 2024”.
Este contempla vigilar y verificar a 285 sujetos obligados, lo cual obligará al Ichitaip a aplicar entre mil 500 a mil 900 verificaciones, y a elaborar los respectivos dictámenes.
A atorarle pues, y a apretarle las tuercas a la SSPE, porque eso de la transparencia y el acceso a la información pública ya no tiene vuelta atrás.