Al Heroico Cuerpo de Bomberos del municipio de Chihuahua vamos a llamarle también “Estoico”, para describir las condiciones en las que trabajan los queridos traga-humo. Así se le dice a quién permanece “fuerte, ecuánime ante la desgracia”, según el diccionario de la Real Academia.

Es que hay qué ver las condiciones en las que trabaja ese noble cuerpo: malas condiciones del equipo en general; un camión de los llamados “bomberas” que casi se va cayendo a pedazos—no es exageración—, ropa y uniformes viejos, raídos incluso, y un local en el absoluto abandono.

Integrantes de ese honorable escuadrón le cuentan a esta Doña que se encuentran trabajando con equipo viejo y en malas condiciones, debido a la falta de atención por parte de la autoridad municipal y a la pésima administración del departamento.

Uno de los de “casco rojo” que se acercó a esta chismosona ñora nos dijo que el descuido no es de ahora, ciertamente, viene desde hace años, pero la actual administración municipal se ha llevado las palmas.

El ejemplo más penoso -y que de milagro no terminó en una desgracia- ocurrió el sábado pasado, cuando cinco bomberos resultaron lesionados debido a una volcadura de la “bombera” en la que se dirían a apagar el incendio de una casa.

Como si fuera una colección de factores, el guiador designado no tenía pericia para manejar un camión de esas dimensiones y, además, tenía “bajos” los frenos. ¡Bueno, pues!

Eso no es todo: hace poco, el gobierno municipal que encabeza Marquitos Bonilla presentó con todo bombo y platillo una bombera nueva para su heroico equipo de apagafuegos.

Pues nada, que el rojo vehículo en el que tanto niño sueña viajar alguna vez, sirvió solo para la fotografía, porque tenía un desperfecto en la computadora y solo pudo circular durante un desfile. ¡Ni al “Bombero Atómico” de Cantinflas le pasan tantas cosas!

No para ahí el recuento: de siete equipos de cortadoras hidráulicas conocidas como “quijadas de la vida”, ahora solo les queda uno. Estamos hablando de una herramienta que hace la diferencia entre salvar y no una vida.

Ahora, los bomberos tienen qué, literalmente, jugarse la vida para meterse entre los fierros y vidrios rotos para rescatar a las personas atrapadas en un vehículo chocado.

Los bomberos abordados nos cuentan que tomaron casi a burla que hace algunos días, el gobierno municipal y el subdirector Juan Manuel Morales, entregaran equipo nuevo a los municipios de Cuauhtémoc, Delicias, Gómez Farías, Saucillo, Parral, Meoqui y Aldama, cuando los bomberos de Chihuahua no cuentan siquiera con botas para los incendios.

Entre lo que se entregó a los municipios se encuentran 58 pantaloneras, 57 chaquetones, 13 cascos y siete pares de botas, recursos que según informa el departamento local, es necesario para ellos.

Y así, mientras seguimos con este penoso recuento, nuestros entrañables bomberos siguen listos, al pie del cañón, sin quejarse ni chistar, dispuestos siempre a jugársela, a combatir el fuego y salvar vidas. De plano, ayúdenles tantito, ¡porfa!

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La presidente de Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua, Myriam Hernández Acosta, mandó para “más delante” la renovación de ese órgano colegiado.

Son ocho salas las que están acéfalas porque no se ha llevado a efecto el proceso para elegir a sus respectivos magistrados y, por tanto, permanecen a cargo de un o una “encargado/a de Despacho”.

Ese encargado tiene por función hacer prácticamente todas las veces del magistrado, excepto un pequeño detalle: sentarse en uno de los sillones del máximo tribunal de Chihuahua y emitir su voto e incluso hacer resonar su voz.

Son, nos confirman, las salas penales Quinta, del Distrito Morelos, cuya cabecera es Chihuahua, y la Segunda y Cuarta Distrito Bravos, con sede en Juárez.

También están vacantes las salas Tercera, Séptima y Octava de lo Civil, además de la primera y la segunda Salas Regionales de Civil.

La renovación de todos esos cargos de primerísimo nivel y altísimo sueldo estará sujeta a que se apruebe y se publique la reforma constitucional del estado, según lo dijo la presidenta Hernández. Horas después, el Congreso la votó a favor, por mayoría PRIANista, así que ya corre tiempo.

Lo que falta por ver es el desarrollo del procedimiento para elegir a esos nuevos ‘entogados’: si va a ser por reparto de cuotas entre partidos coaligados dentro del frente opositor a Morena, o si será por “palomeo” desde el Palacio. Para el caso, es la misma.

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Después de casi dos años de sesiones de comisión, de foros ante sectores a modo y de idas y regresos del Palacio a la Torre Legislativa, el Congreso del Estado aprobó por mayoría abrumadora la reforma integral a la Constitución que había prometido el PAN desde el inicio de la Legislatura.

Como era de esperarse, no salió por consenso, ni mucho menos, pues el agua está muy “rebotada” entre el PAN y Morena como para que se hagan los “mejores amigos” para votar una reforma trascendental, solo para seguir dándose con lodo en las siguientes sesiones.

Para los panistas, la reforma fue todo un hito en la historia legislativa del estado, pues se hizo con base en propuestas recogidas de organismos de la sociedad civil y las que se recibieron a través del sistema “parlamento abierto”.

Para Morena, no fue otra cosa más que un amasijo de todos los movimientos que quería hacer el grupo gobernante para controlar absolutamente todo lo que se mueva en el medio político local.

Lo curioso del caso es que, en su afán por regresarle todo el poder al Palacio, los panistas echaron abajo reformas que ellos impulsaron en otros años, como los informes de labores de los secretarios del gabinete estatal, que ya pasaron a mejor vida.

Desde días antes de la aprobación, ya nos habían advertido que esa reforma iba a traer una andanada de amparos porque la estructura constitucional del país ya es lo suficientemente compleja como para que una constitución estatal le haga añadidos.

En fin, que ya se dio el “parto de los montes” en el Legislativo y ahora queda publicar la constitución con una nueva colección de parches, amarrijos y tachones que la dejarán más irreconocible que la anterior, que también estaba toda borroneada.

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Cual si fuera el secreto mejor guardado, el Instituto Estatal Electoral lleva a cabo una consulta pública para preguntarle al electorado si está o no de acuerdo con dos temas que son por demás controversiales, de esos que difícilmente se pueden discutir en calma.

El uno, el más antiguo, tiene que ver con la protección a los cerros que rodean a la ciudad de Chihuahua y sus alrededores. Es decir, que se les declare como área natural protegida y, por lo tanto, se deje de hacer destrozo y medio para sacarles provecho de sus minerales o construir fraccionamientos que ni un alpinista subiría.

El tema es por demás escabroso, porque quedaría como reserva natural una de esas cadenas de cerros: la sierra de Nombre de Dios, de donde salen materias primas para algunas de las industrias más importantes del estado. Declararla zona protegida implica prácticamente suspender las detonaciones y excavaciones para extraerle sus entrañas.

La otra consulta es la que pidió Morena para que la sociedad decida si quiera o no que se construya una torre de 20 pisos en Ciudad Juárez.

La pregunta es ¿alguien ha oído algún promocional en la radio, o ha visto algún “flayer” en redes sociales donde se invite a la población a participar en esas consultas?” pues bien, esta Doña tampoco.