El alcalde de la capital, Marco Bonilla, le ha entrado con todo al uso de los recursos públicos que tiene bajo su cuidado para hacerse promoción personal.

Ahí están los comunicados y la propaganda que se hace desde las oficinas de Comunicación Social del Municipio: todo lo hace Marco Bonilla, según ellos.

¿Qué si tapan baches? Es porque Marco lo ordenó. ¿Qué si izan la bandera en fechas patrias? Es porque Marquitos así lo dispuso, ¿Qué un módulo del SAT? Es “Súper Marco Bonilla” el que vino al rescate.

Nada más hay que asomarse un momento a la página de Prensa del Municipio para apreciar de inmediato que toda esa estructura de administración pública está al servicio de la promoción del alcalde.

“Gracias a la gestión del alcalde Marco Bonilla en una gira de trabajo en la ciudad de México…” dice la nota que se titula: “Habilitan módulo SAT en el SARE para facilitar trámites en apertura de empresas”. O sea, no es acto institucional, sino una obra de buena fe del piadoso presidente que tenemos en el municipio de Chihuahua.

Y así sigue todo el portal susodicho: “El Gobierno Municipal que encabeza el alcalde Marco Bonilla, continúa con labores de señalización en calles y avenidas de la ciudad…”; “Buscando siempre el bienestar y seguridad de las y los chihuahuenses, siendo una de las prioridades del alcalde Marco Bonilla…”; “Al ser prioridad de la administración del alcalde Marco Bonilla, la seguridad de todas las familias, la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM)…”, y así, sucesivamente.

Nada más falta que le atribuyan que haya mejorado el clima: “Por gestiones del alcalde Marco Bonilla, la masa polar decidió irse de la ciudad”.

Si tiene asesores, que le avisen que hay un artículo 134 en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. ¡Léanselo, por favor!

Lo malo de todo esto es que esa propaganda, bastante burda, por cierto, se hace con recursos públicos, y eso se lo deberían decir sus asesores, si es que los tiene.

Deberían, porque gastar ese dinero en la promoción personal es tan grave como sacar dinero del arca pública y entregarlo a un partido político.

¿O será que nuestra clase política ya hizo costra porque sabe que, en cuanto les inicien una acción penal, siempre habrá un juzgado federal bien dispuesto a darles un amparo?

No lo duden. Mientras tanto, la ciudad se hunde en varios indicadores, menos en el de violencia, donde mantiene su deshonroso lugar 30 entre las más violentas del mundo.

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Este lunes 20 de marzo, directores y rectores de universidades de Chihuahua anunciaron la creación de una liga de básquetbol tipo “NCAA” de Estados Unidos, donde participarán 21 de esas instituciones educativas.

¡Bravo por eso! Es un sueño acariciado durante años por egresadas y egresados, escolapios y trabajadores universitarios aficionados al “deporte ráfaga”. Ahí estaremos cientos -incluida esta Doña-, tal vez miles en las gradas a apoyar a nuestra alma mater, de seguro.

Nada más vale sacar del anecdotario dos antecedentes: aquel malogrado plan de crear la liga “Francisco Villa” durante el gobierno de César Duarte, al cual le destinaron 150 millones de pesos…sin que botara una vez siquiera el balón ni se metiera una canasta a cuenta de esa andanada de recursos públicos.

Poco en broma, poco en serio, en los radiopasillos de gobierno de aquel entonces se decía que salía más barato traer a Michael Jordan que el plan mentado, que solo sirvió para el lucimiento del entonces secretario de Educación, Cultura y Deporte, Marcelo González Tachiquín.

El otro dato que viene al caso: la UACH inicia este proyecto en, digamos, la “Segunda división”, a donde la mandó la innombrable administración de rector Luis “Yerro” Fierro.

Así es: mientras la UACJ, el Tec de Monterrey, campus Chihuahua, la UVM, la U. La Salle y el ITCH o “Tec 1” sí están en la máxima categoría, nuestra universidad pública más grande deberá ir a una especie de repechaje para alcanzarlos.

Suerte para la UACH y, por favor, no se vayan a gastar 150 millones “del águila” en una liga que donde nunca se botó el balón.

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¿De a cómo va a salir la reparación de los edificios dañados durante el 8M? Nadie lo sabe.

Mucho se ha hablado y escrito acerca de los disturbios del 8 de marzo pasado, de las implicaciones y los alcances de la protesta que hicieron grupos de personas, hombres y mujeres, particularmente en la capital, donde diversos edificios públicos resultaron dañados, pintarrajeados en el mejor de los casos.

Sin embargo, hasta la fecha no hay un corte de caja de cuánto se van a gastar las autoridades del estado y los municipios en darles la “chainiada” respectiva y dejarlos más o menos como estaban.

Tal vez sean millones de pesos, o unos cientos de miles, menos, o más, sepa la bola. No hay información al respecto. Ya tienen a un detenido sentenciado a pagar 800 mil pesos, pero no más.

Este martes, el Congreso del Estado le pedirá a los 67 Municipios del Estado de Chihuahua y al Poder Ejecutivo que informen el monto y desglose de los daños causados en el marco de la marcha del 8 de marzo, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

No es dato menor: es un gasto que no está en el presupuesto y vale contarlo y evaluarlo.

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El Congreso del Estado ha solicitado por enésima ocasión a la CFE que le entregue al estado de Chihuahua el subsidio a la tarifa de luz eléctrica que sí les da a otros estados durante la temporada de verano.

La postura del legislativo se basa en un dato muy simple que la dependencia a cargo del simpatiquísimo Manuel Bartlett puede verificar en un “tris”: Chihuahua tiene una temperatura promedio superior a los 30 grados centígrados y, nada más por eso, se merece el subsidio que va dirigido específicamente a las familias que se gastan buena parte de su ingreso en mantener sus hogares refrescados.

Si bien el promedio estatal es de 34 grados centígrados la máxima, y 18 la mínima, hay municipios donde el termómetro se vuelve loco, como en Juárez, Ojinaga o Urique, donde sube con frecuencia por encima de los 40 grados.

Este año, la SCHP le va a meter 76 mil 625 millones de pesos para subsidiar el costo de la luz eléctrica y ni un centavo partido por la mitad irá a parar a los municipios de Chihuahua, así estén en el fondo de la barranca o en medio del desierto ardiente.

Nada se pierde con pedirlo, pero, en vista de las experiencias vividas, tal parece que la carta debería titularse: “Querido Santa…”.