Llegó por fin el día que muchos esperaban: 19 de enero, el inicio del período de “Intercampaña”, en el cual las y los ciudadanos podrán tener un respiro de poco más de un mes en el que no verán mensajes de aspirantes a ningún cargo de elección popular del ámbito federal.
Y bien, pues llegó esa fecha tan añorada, y los operadores de la campaña electoral de Xóchitl Gálvez o su representación en Chihuahua ya no pudieron reponer el plantón en el que dejaron a sus simpatizantes el pasado sábado 13 de enero.
Para quienes les pasó desapercibido, aquel día estaba programado un acto multitudinario—si vale la expresión—en el salón de eventos Cibeles, de Ciudad Juárez, en punto de las 11:00 horas, cuyo nombre era “Encuentro con ciudadanos”, así, en género masculino ¡qué lenguaje incluyente ni qué nada!
Durante toda la semana anterior, circularon invitaciones a través de redes sociales, en los que se señalaba el lugar, día y hora del encuentro con la aspirante opositora, representante del PRIAN.
A diestra y siniestra, enviaron una tarjeta digital era de color rosa subido, tirándole a “mexicano” y, al frente, la foto de “la señora X”, haciendo el signo del cruce de dedos con el que identifica su pre campaña.
Durante la semana previa, nos comentan, estuvo a la orden del día la llamadera por teléfono a cuanta persona tuviera el valor de contestarlo–¿Qué tal si era un cobrador? —para invitarlo, sin importar que fuera del equipo contrario o reconocido “chairo” o “chaira” morenista.
Pero, pasadas las horas del viernes 12, nadie dio razón, no se avisó con la misma insistencia de la suspensión, cancelación o lo que fuera del acto y, simplemente, la abanderada del PRIAN-PRD no llegó a Juárez.
Según nos comentan, organizadores y cercanos a la campaña “X” hicieron llamadas para anunciarles que el evento no se cancelaba, sino que nada más se “movía” para el sábado 20.
Lo que no tomaron en cuenta, y nadie se los recordó, es que para ese día ya estará en vigor la dichosa “Intercampaña” y pues bueno, como que tendrán que dejarlo para mejor ocasión.
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Y ya que hablamos de encuestas, alcaldes, tonos de color partidista y demás, bien vale echarle un ojo a la de Consulta Mitofsky acerca de la aprobación del presidente AMLO en los 150 municipios más poblados del país.
En ese selecto grupo están cuatro ciudades del estado: Juárez, Chihuahua, Cuauhtémoc y Delicias, anotados en esta columna por cantidad de habitantes.
Sin embargo, si lo apuntamos por índice de AMLO-aprobación, la que gana es Delicias, donde el mandatario de las “mañaneras” tiene un 62% de aprobación.
El rango es alto, pues hay líderes y gobernantes de todo el mundo que ya quisieran alcanzar el 50% de aceptación entre sus gobernados. ¡Nada más hay que ver cómo le anda yendo a otros presidentes del mundo entero!
No obstante, ese nada despreciable 6 de 10 de aprobación ubica a Delicias en el 55º lugar entre los municipios donde AMLO está mejor calificado. Y eso que en la tierra “de los vencedores del desierto” gobierna el PAN a plenitud desde hace años.
En tanto, Juárez, una de las 10 ciudades más pobladas del país, gobernada en los hechos por Morena desde hace dos períodos, se fue hasta el lugar 72º con un 59% de aprobación al “preciso”. Nada agradable le resulta a Crucito esa cifra, pues quiere decir que, si anduviera en mejores trazas, a lo mejor le aumentaría los “likes” al jefe del morenismo…y del Estado Mexicano.
En Cuauhtémoc, otro municipio donde gobierna el PAN, AMLO alcanza un 59% de “me gusta” para ubicarse en el lugar 77º, mientras que Chihuahua capital se va hasta el lugar 112, con un 52.8% de aceptación.
Buenas nuevas para el presidente, pero no tan buenas para los actores regionales de la política del país. Por ejemplo, uno de los municipios donde mejor la libra el tabasqueño es Mérida, capital de Yucatán, un enclave panista a siete suelas.
En Chihuahua, la mala para el panismo es que, hasta en la capital, donde tienen amplias ventajas en cuanta encuesta se ha levantado, su acérrimo rival morenista lleva una aprobación por encima del 50%, solo tres puntos menos que los que ha registrado el alcalde Marquito.
Como decíamos al inicio, esta columna tiene de todos colores, incluso el amarillo del susto, el rojo del “enchilamiento” y el morado del trancazo.
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El “Primer hermano” de la UACH, Juan Alejandro Rivera Campos, recibió taches por faltista de parte de sus alumnos de la Facultad de Derecho, quienes le piden que ya acuda más seguido a impartir su clase.
En la evaluación que semestre a semestre hacen las y los estudiantes de la llamada “máxima casa de estudios”, el hermano del rector, Luis Rivera Campos, recibió reclamos por sus constantes ausencias, pues hasta bromas le hicieron a costillas de sus faltas al aula.
“…si quieres una hora para comer entre clases escógelo, me hubiera gustado conocer al lic, actividades muy sencillas cuando llega a ir”, dice un alumno de la Facultad de Derecho, acerca de la evaluación a Juan Alejandro Rivera Campos.
“NUNCA ASISTE A CLASE”, dice otro; uno más, le pone una reverenda tunda: “Falta mucho, no tuvimos como cinco clases en todo el semestre. No puso exámenes (sic), pero por la materia no importa. Para materias más especificas (sic) no lo recomiendo, pero para esta materia no importa”.
Bueno, hasta un desdeñoso “Ningún comentario” se llevó.
Otros en cambio, le dan una sobadita en el lomo y le reconocen su buen trato y su dominio del tema de la cátedra; lástima que no hiciera más presencia en el salón de clases para compartir sus conocimientos.
“Es buen maestro, si enseña bien en su materia, también es muy comprensivo con los alumnos, fomenta la participación y el saber hablar en publico (sic)”, le dice uno de los más elogiosos.
“Muy buen licenciado. Sabe mucho de la materia”; “Buen licenciado”, dicen otros.
Uno más casi lo echa de cabeza, pese a que pretendía ser elogioso: “Muy buen maestro nos explica como redactar cada tema que nos toca”. ¿O sea que las notorias faltas de ortografía de los alumnos pasaron debajo de sus ojos y no las corrigió?
Ya lo informábamos esta misma semana, que Juan Alejandro Rivera Campos recibió su plaza de tiempo completo de clases en el 2023, meses después de que su hermano, Luis Rivera Campos, asumiera la rectoría.
Bueno de hecho, él mismo, Luis Alfonso, firmó con su mano y su bolígrafo el oficio que le da la plaza completa.
Ahí está la valoración que hace el alumnado. ¿Se merecía esa plaza?
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No bien había librado el primer escollo judicial en su contra con el consabido beneficio del amparo, cuando la alcaldesa de Nuevo Casas Grandes, Cinthia Ceballos, recibió otra orden de aprehensión por presuntos malos manejos—¡más! —en su trunca gestión.
La tarde de este jueves 18, el fiscal anticorrupción, Abelardo “Bayo” Valenzuela, informó en conferencia de prensa vespertina sobre la nueva causa jurídica contra la alcaldesa depuesta, esta vez, por un contrato de compra-venta de camiones para la recolección de basura.
El caso, según lo expuso el fiscal, se basa en que asignó el contrato de compra de manera irregular, mediante el pago de 4 millones 254 mil pesos.
Como decíamos, la alcaldesa, quien llegó al cargo postulada por el Partido del Trabajo, del cual se deslindó públicamente, y luego sostuvo una sonada y reiterada disputa con las diputadas Ilse América García, de Morena y Yesenia Guadalupe Reyes Calzadías, del PAN, se encuentra en la orfandad política más absoluta.
Sin embargo, casi desde que inició el litigio en su contra, recibió la asesoría de exfuncionarios de la propia Fiscalía Anticorrupción, lo cual agrandó el encono del Palacio de Gobierno en su contra.
La administración de Cinthia Ceballos ha estado marcada por las disputas con las diputadas de su distrito, lo cual sería peccata minuta si se compara con los hechos de violencia y de corrupción policial suscitados en Nuevo Casas Grandes durante su gestión.
Habrá que recordar aquel operativo que llevó a la Secretaría de Seguridad Pública a desarmar a todos los agentes policiales de aquel lugar, y el horrendo homicidio del que fuera oficial mayor, Pablo Lara, ocurrido después de que le quitara prestaciones, precisamente, a esos exagentes depuestos.
Este jueves, trascendió que la inculpada, ahora por partida doble, había interpuesto un recurso de amparo para evitar la prisión y continuar su proceso penal en libertad.
Eso ya no ocurrirá. Ahora deberá afrontar esa nueva causa en su contra.