En la UACH se están ahogando en un vaso de agua, y no cualquier vaso: uno de unicel, de esos que apenas le caben dos tragos, cuando mucho.
La falta de comunicación, de oficio ya no digamos político, sino administrativo, y de atención a los focos de crisis, ya les ocasionó un conflicto de esos que ningún gobernante quiere ver cerca de su despacho.
Ayer, estudiantes y “profes” de la Facultad de Zootecnia llegaron hasta la Plaza Hidalgo, la que llaman “La borrachita”, porque siempre está “tomada” y se plantaron a la vista de todo el mundo frente al viejo edificio del Instituto Científico y Literario que alberga la Rectoría.
¿La razón? Casi nada: no hay quién tome decisiones en su escuela porque no tienen director, y como no lo hay, pues tampoco existen las firmas, autorizaciones y demás vericuetos necesarios para que circulen los procesos y, sobre todo, el dinero para hacerlos.
Mientras alegaban con la secretaria General de la UACH, la diputada con licencia Georgina Bujanda, estudiantes y profes averiguaron que su querida Facultad está como quien dice en el limbo, porque no hay ni siquiera un encargado del Despacho de la Dirección.
Como se lee: el supuesto encargado del Despacho, Oscar Ruiz Barrera, no tiene el nombramiento oficial para hacer esas funciones. Como quien dice, es un “encargado” que no tiene “encargo”, y pues sin facultades ni para comprar hojas de máquina, menos va a liberar recursos y pagar deudas.
Una de esas que quedó a deber la Facultad de Zootecnia fue una coperacha con profes y estudiantes que fueron al estado de Idaho, en Estados Unidos, para participar en el concurso internacional de identificación de plantas y manejo de pastizales, donde siempre consiguen buenos lugares frente a sus pares de Estados Unidos y Canadá.
Pero como no había “encargado”, pues no les pagaron la parte que le tocaba a Rectoría y tuvieron que sacar para una cuenta que sumó 150 mil pesos.
Esa no es la única: también se han perdido recursos y aportaciones con instituciones extranjeras porque no hay un director que pueda echar la “poderosa” y ni siquiera un encargado con suficientes facultades.
Ayer, cuando la secretaria Bujanda oía a los zootecnistas inconformes echar toda esa brava, dijo que “no sabía nada de eso”, según nos cuentan mironianas fuentes.
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Juan Pedro Santa Rosa González, director en el gobierno de Javier Corral del Instituto Chihuahuense del Deporte, cayó redondito y sin meter las manos.
Resulta que la revisión que le hizo la Auditoría Superior del Estado se la pudo haber hecho un pasante de la licenciatura en Contabilidad e igual le hubiera encontrado el mañoso manejo de los dineros públicos para promover el basquetbol femenil.
Resulta que la Auditoría Superior del Estado, la ASE, se la “hizo” porque lo agarró con las manos en la masa con el otorgamiento de dos contratos por un millón 360 mil a una empresa donde él mandaba, si no es que era el dueño.
Según lo dio a conocer ayer la dependencia a cargo de Héctor Acosta Félix, Santa Rosa otorgó contratos a una empresa llamada LBE Chihuahua, S.A.P.I. de C.V., donde él era secretario del Consejo de Administración.
O sea, como quien dice, que con una mano sacó el dinero de la caja de ICHD y con la otra la metió a las cuentas de la empresa que estaba bajo su dirección.
El excorralista, que puso a correr a todo el gabinete de aquellos años con las dichosas carreras que organizaba Corral, vivirá ahora “en el error”, porque ya no podrá estar “en el presupuesto”, al menos durante un buen tiempo.
El Tribunal de Justicia Administrativa le dio, como quien dice, un manazo “por malcriado” y dejó el castigo en una simple inhabilitación para ocupar cargos públicos. Bien le pudo haber “hincado el diente” y mandarlo a los tribunales con acusaciones más serias, pero con que no se vuelva a aparecer en la nómina, les pareció más que suficiente.
Enterados de los temas contables nos dicen que, como ese, hay muchos, muchísimos casos en las revisiones al gobierno de Corral que está en proceso. Nos confirman que hubo una auténtica “lluvia” de empresas que cambiaron de giro fiscal apenas inició la administración corralista, con la promesa de que iban a agarrar contratos de sobra.
Así pasó y ahora, muchas de esas personas morales tienen la afilada hacha de la ASE sobre sus cabezas.
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El diputado Benjamín Carrera Chávez, de Morena, no supo de plano que decir ante el reclamo que hicieron ayer un grupo de habitantes de la bella Chihuahua, de que se les respete el derecho a generar su propia energía eléctrica.
Los manifestantes la plantaron bien claro: en el tiempo en el que se modifican constituciones enteras para meter en todo el tema de los derechos humanos, exigieron que el suministro de energía eléctrica tenga justamente ese rango.
Dicho en otras palabras: que el acceso a la luz para alumbrar la casa, prender un abanico, al menos, durante el verano y guardar comida en el “refri” quede al mismo nivel que otros derechos humanos.
¡Ándele! Nada de que no le ponen la luz porque no tiene para el contrato, o de que su calle está como boca de lobo porque no hay presupuesto. Hasta un muchacho reprobado de la Facultad de Derecho sacaría amparos al por mayor en favor de los demandantes del servicio eléctrico.
Y como el tema de derechos humanos atrae a políticos de nuevo y viejo cuño, pues ni tardo ni perezoso, el diputado morenista por Juárez, Benjamín Carrera, para pronto fue y se arrimó con los gritones manifestantes para ofrecerles su “solidaridad”.
Nada más que, tan pronto como se acercó, le recordaron que la 4T a la que pertenece no quiere que las personas, sean físicas o morales, generen su propia energía, sino que se la compren a la CFE, esa paraestatal donde manda Manuel Bartlett.
Cuando le recordaron que el gobierno morenista quiso echar por tierra la reforma que permite a la gente colocar paneles solares en su propia azotea, balbuceó algunas palabras, algo así como “Cualquier cosa que vaya en favor de las familias chihuahuenses se debe de apoyar y cualquier cosa que vaya en contra de las familias chihuahuenses se debe de repudiar”.
Si es así, entonces ¿por qué no repudió aquella iniciativa que quería maniatar a las personas que con su dinero iban a colocar sus generadores de energía para su consumo propio? ¡Ah, es que entonces, la electricidad no era un “derecho humano”, ¡válgame Dios!
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Ayer, en este mismo espacio, la Doña que esto escribe les contó de una “fotografía” tomada por la encuestadora Mitofsky donde Maru Campos salía “guapetona” en cuanto a aprobación de sus gobernados.
Pues bien, ahora otra encuesta que llegó a estas comunicativas manos, la de “México Elige”, donde Maru sale en un lugar 26 en aprobación, con un 45.7%.
Para consuelo de Maru, habremos de decir que el exgobernador Javier Corral ni siquiera aparece, y que del senador Rafael Espino y la senadora Bertha Caraveo no quedaron siquiera en una lista que acepó a 174 políticos. ¡Ni quién se acuerde de ellos!