Harina de trigo, levadura, leche y mantequilla son los principales ingredientes del pretzel, una botana salada con mucha historia.
Proveniente de Alemania, su nombre se deriva de la palabra brezel, que en latín bracellus significa ‘brazo pequeño’, ya que su forma recuerda a dos brazos entrelazados.
Se dice que su origen estaría relacionado con las festividades celtas celebradas a inicios de la primavera, cuando el sol transitaba por la constelación de Aries y su figura representaría los cuernos del carnero, su animal zodiacal.
Para el año 610 después de Cristo, el pretzel era utilizado por los monjes Benedictinos de Borgoña y Renania, quienes lo ofrecían como un obsequio a los niños que sabían bien sus oraciones.
En el siglo XVII era visto por los suizos como un símbolo del vínculo del matrimonio gracias a su forma de lazo.
Hoy en día, existen dos tipos de pretzel: los de galleta, caracterizados por ser crujientes y de tamaño pequeño, y los de pan, esponjosos, grandes y suaves.
En Alemania estos últimos llevan ingredientes como almendras, ajo, nuez, avellana, canela, vainilla y chocolate.
Mientras que, en Estados Unidos son muy populares en puestos callejeros y suelen comerse como botana en los estadios deportivos.
Otro lugar que los ha vuelto icónicos son los parques Disney World en Orlando y Disneyland en California, donde se pueden encontrar en forma de Mickey Mouse y se acompañan por una salsa de queso.