El dinero en efectivo, ya sea en monedas o billetes, conocido coloquialmente como “cash”, “morralla” o “monedero”, está perdiendo terreno frente a los pagos electrónicos y con tarjeta, ya sea de débito o crédito.
Aunque la transición hacia estos medios de pago ha sido gradual, el uso del efectivo ha experimentado un declive constante en los últimos cuatro años, impulsado por opciones como las transferencias electrónicas, las tarjetas y las compras en línea.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), en 2024, el 85 por ciento de las compras se realizaron con efectivo, frente a un 15 por ciento que utilizó los medios electrónicos mencionados. Sin embargo, esta proporción ha cambiado significativamente desde 2021, cuando 9 de cada 10 transacciones comerciales se pagaban con dinero “contante y sonante”.
El pago con tarjeta aumentó del 7.4 por ciento de las compras en 2021 al 10.4 por ciento en 2024, mientras que las transferencias electrónicas pasaron del 1.6% al 4.4% en el mismo periodo.
Este cambio es más notable en transacciones de 500 pesos o más, donde el uso de efectivo ha disminuido tanto en compras menores como mayores a ese monto.
Por otro lado, las tarjetas de crédito o débito y las transferencias electrónicas han incrementado su participación en todo tipo de compras, aunque aún existen establecimientos que solo aceptan billetes y monedas.
El letrero “no se aceptan cheques”, que antes era común en pequeños negocios, ha desaparecido por completo.
En su lugar, el mayor crecimiento se ha observado en las transferencias electrónicas o pagos mediante aplicaciones móviles para compras superiores a 500 pesos, con un aumento de 4.8 puntos porcentuales respecto a 2021.
A pesar de este avance, algunos sectores aún se resisten a adoptar los pagos electrónicos o con tarjeta como métodos de cobro.
“Solo efectivo”: La resistencia al cambio
En la ciudad de Chihuahua, es frecuente encontrar letreros que indican “solo pago en efectivo” en consultorios médicos o escuchar en negocios de mediano y gran tamaño frases como “no manejamos tarjetas”.
Un ejemplo emblemático es el de una conocida cadena de neverías, que cuenta con sucursales en diversos puntos de la ciudad de Chihuahua y que atiende a cientos de clientes diariamente, a quienes solo les acepta pagos en billetes y monedas, sin opción a tarjetas o transferencias.
En los negocios de barrio, algunos comerciantes se mantienen reacios a aceptar pagos sin efectivo, mientras que otros, aunque permiten el uso de tarjetas, cobran una comisión adicional por cada transacción.
Esta práctica persiste a pesar de que, en abril de 2024, la Cámara de Diputados reformó la Ley Federal de Protección al Consumidor para prohibir explícitamente el cobro de comisiones, cargos adicionales o montos extra cuando los clientes utilizan tarjetas de débito, crédito o cualquier medio electrónico de pago.
La reforma busca proteger a los consumidores y fomentar el uso de medios de pago electrónicos, promoviendo una economía más inclusiva y moderna.
Sin embargo, esta medida aún enfrenta resistencia en algunos sectores, lo que refleja los desafíos que persisten en la transición hacia una sociedad menos dependiente del efectivo.
