El presidente del recién creado Tribunal de Disciplina Judicial de Chihuahua, Francisco Javier Acosta Molina, calificó a ese organismo como un “Frankenstein jurídico”.
El magistrado, quien ganó la elección del pasado 1 de junio para ocupar el cargo que ahora ostenta, reiteró a pregunta expresa que el tribunal es un “Frankenstein”, porque es el resultado de una reforma constitucional impuesta desde la Federación. Explicó que el nuevo órgano constituye un modelo único en el país, pero sin precedentes ni reglas claras de operación.
“Estamos tratando de dilucidar el Frankenstein jurídico que esto advierte”, expresó Acosta Molina al referirse a la complejidad del diseño normativo y procedimental que dio vida al Tribunal, encargado de investigar y sancionar a servidores públicos del Poder Judicial.
Cuestionado acerca de la comparación del Tribunal de Disciplina Judicial con la novela de Mary Shelley —que narra la historia de un científico que crea un ser a partir de restos humanos—, Acosta insistió en su analogía con la figura jurídica que ahora encabeza.
El magistrado explicó que, a diferencia de otros órganos, los cinco integrantes del Tribunal deben asumir todas las funciones: investigación inicial, sustanciación de responsabilidades, resoluciones de primera instancia y revisión en segunda instancia. “Los cinco magistrados tenemos que hacer de todo”, dijo, al subrayar la carga de trabajo y la ausencia de lineamientos previos.
Acosta Molina señaló que el modelo Chihuahua es único en México y que incluso otros tribunales disciplinarios, como los de Coahuila y Veracruz, han solicitado conocer la experiencia local.
No obstante, reconoció que será necesario impulsar reformas a la Ley Orgánica del Poder Judicial para dar claridad a conceptos ambiguos, como el funcionamiento en “comisiones”, que ni siquiera los legisladores definieron en la norma.
Pese a las dificultades, el magistrado aseguró que el reto es convertir al Tribunal en un referente nacional: “¿Qué necesitamos? Personas, procesos y buenas sentencias. Para que todo eso se dé, hay que comenzar de cero”.
Acosta Molina, reconocido militante del Partido Acción Nacional (PAN), insistió en que no puede dar detalles de casos en trámite para evitar prejuzgamientos, pero reiteró que se trabaja “incansablemente” para dotar de viabilidad al órgano disciplinario, cuyo origen calificó, sin rodeos, como un “Frankenstein jurídico”.