El 16 de octubre de 2023, Marina Alejandra Dorado Olivas presentó una denuncia por escrito ante Rita Patricia Molinar Caraveo, directora de la preparatoria Maestros Mexicanos 8422, en la que describió que fue víctima de acoso sexual por parte del maestro Víctor Manuel Jurado Acosta.
La denuncia fue recibida y firmada por Molinar Caraveo, bajo la premisa del “yo te creo”, quien se comprometió a darle seguimiento y llevar a cabo las acciones pertinentes para sancionar al responsable, quien tenía plaza laboral de trabajador manual y había sido recientemente ascendido a maestro.
“En ese escrito, solicité a la dirección, un taller de prevención de violencia sexual y que lo hiciera extensivo a todo el personal. Aunado a eso puse consignas en mi espacio de trabajo, que decían cero tolerancia al acoso y hostigamiento sexual”, explicó.
Tras varios días de espera y sin ninguna medida emprendida en el plantel, la directora solicitó a la denunciante, que “rompiera” el documento y se desistiera de la denuncia, debido a que el maestro era una “su amigo” y una persona “muy querida por el personal”.
A partir de ese momento, Marina Dorado acudió al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación Sección 42, en donde le asesoraron acudir al departamento Jurídico de Educación, presentar la denuncia del caso y tomar las medidas cautelares para su protección en lo que se desarrollaba el trámite.
Del 16 de noviembre del 2023 al 8 de enero del 2024, la denunciante no tuvo respuesta del jurídico, ni se le externó ninguna medida, tuvo en todo momento contacto con quien la agredió y comenzó a ser hostigada laboralmente por su directora, la cual la removió de secretaria ejecutiva de Dirección al área de Control Escolar.
En este mismo lapso al no tener respuesta, presentó una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en la que se recomendó al departamento Jurídico de Educación, la remoción del maestro Jurado Acosta y la directora Molinar Acosta.
También se presentaron denuncias ante la Fiscalía Especializada de la Mujer y la Secretaría de la Función Pública, sin que hasta el momento se haya llevado a cambio la audiencia, y se hayan proporcionado medidas cautelares.
“Me pusieron en Control Escolar, sin poder realizar trámites oficiales del departamento, solamente recibir papelería y contestar llamadas”, comentó Marina Dorado.
Tras pasar el proceso, recurrir a las instancias el 8 de enero de 2024, le dieron una resolución provisional para reubicar al maestro y la directora, misma que se hizo efectiva el 8 de febrero del 2024, por la denuncia pública en redes que hizo presión en Gobierno.
“Nos reunieron a mi y al personal, alrededor de 40 personas, en la que informaron de la notificación que les pedían que se retiraran del encargo. En un plan maquiavélico, juntaron a todo el personal, me expusieron, revictimizaron y me dijeron que me iban a cerrar las puertas del trabajo, que era una exagerada y que el maestro era muy querido”, expresó sobre el procedimiento del inspector de zona y la directora.
Marina Dorado indicó que llegó a conocer otra víctima de acoso de Jurado Acosta, quien por el temor a represalias no denunció e inició proceso como ella. Y que ella en un inicio no pidió su cesé, sino el que se previniera y atendiera el acoso y hostigamiento en el plantel educativo. Sin embargo, el actuar de la directora, concluyó en la reubicación de ambos.
“En este proceso tuve crisis de ansiedad, debí estar en observación más de una vez, en Pensiones Civiles del Estado, debido a la presión alta por estrés, el cuerpo rígido, y estoy bajo tratamiento psiquiátrico, tomo medicamento y terapias particulares con una asociación civil denominada Alma Calma. Mis hijos afortunadamente estudian fuera, para que no vieran esto”, agregó.
Marina Dorado indicó que en ningún momento se le ofreció apoyo psicológico o forma de reparación del daño, que solo el inspector una vez, que se emitió la resolución, le pidió disculpas.
El caso agregó esta acompañado por la Red de Profesoras Universitarias e incluso tiene conocimiento el Tribunal Superior del Estado en su Dirección de Igualdad, en lo que la citan a audiencia y se dan a conocer los resultados de la pericial psicológica a la que fue sometida el 29 de enero del año en curso.
Este 9 de febrero, a la denunciante le fue concedido también su cambio de plantel, solicitado en pleno proceso, por lo que dijo “me siento tranquila porque me sacaron del ambiente hostil, en el caso de ellos, no se que corresponde de sanciones por parte de Función Pública, entiendo que cese a él y a ella quitarla de sus funciones administrativas”.
Por último, Marina Dorado agradeció a sus redes de apoyo que la han acompañado durante el proceso, “denuncien, aunque los agresores sean vistos como personas perfectas, y el proceso y el camino se vean difíciles, es lo correcto”.