Debido a los daños ocasionados a la sede de gobierno, las autoridades comenzaron a lanzar gas lacrimógeno a quienes intentaban derribar la puerta.
Los daños que sufrió el Palacio de Gobierno son considerables, ya que se rompieron todos los vidrios y se dañó visiblemente la puerta principal, esto con el fin de dejar en claro que los sitios no valen más que la vida de miles de mujeres asesinadas y desaparecidas.
A raíz de esto, los colectivos exigen de manera constante que se abandone la “hipocresía” de sostener discursos o acciones favorables a la igualdad por parte de las autoridades, que terminan por no cumplirse nunca, esto informan las diferentes protestantes que marcharon.