¿A la hora de elegir un rubor te basas en el color que más te gusta?
Si haces lo anterior estás en un gran error, ya que lo que deberías tomar en cuenta es el tono de tu piel para que luzca lo más natural posible, muy similar a como se vería con las chapitas que aparecen cuando te ruborizas.
Identifica cuál es el que mejor le va a tu rostro:
Pieles blancas
Se caracterizan por tener un tono rosado natural en las mejillas, si es tu caso elige rubores fríos y pálidos.
Pieles medias
Se encuentran en un punto que no son muy blanca ni tan bronceadas, deben optar por una paleta con colores rosas y naranjas intermedios.
Pieles oliváceas
Poseen un subtono amarillento, por lo que resultará mejor un blush cálido y encendido en tonos melocotón, coral, cereza o rosa fresa.
Pieles oscuras
Requieren tonos intensos para resaltar las mejillas como el frambuesa, un rojizo o naranja.
5 tips a la hora de aplicarlo
- 1. Solo el necesario
Nunca te excedas en su cantidad, recuerda que debe lucir natural.
- 2. Sigue un orden
Aplícalo después de maquillar los ojos o el resto de la cara, así sabrás cuánto debes poner; siempre debe ir después de la base.
- 3. ¿Piel seca o grasa?
Si tienes el primer tipo, opta por uno en crema para darle una mejor textura a las mejillas; si es grasa, elige uno mate, así te durará más tiempo.
- 4. ¡Sonríe!
Al hacerlo, enfatizarás el área de las mejillas; aplícalo en el centro y difumina hacia arriba en dirección a las orejas.
- 5. Haz match
Busca que el rubor sea de la misma gama del labial que usarás para que tu rostro tenga armonía.