Esto seguramente es el principio del fin de la era de Diego Cocca, una era que no inició bien y que puede terminar peor, porque las formas de escogerlo no fueron las adecuadas, porque en vez de hacerlo a base de razones, pareció hacerse con las vísceras, para dar un golpe en la mesa y demostrar quién manda.
Está más que comprobado, quien manda en la región es Estados Unidos que buscará el bicampeonato en la Nations League luego de vencer y humillar a México por marcador de 3-0, en juego a celebrarse el domingo contra Canadá.
El Tricolor jugará un insípido partido por el tercer lugar ante Panamá.
Una noche que fue brava en todos los sentidos, con cuatro expulsados en la cancha, con varios golpeados en la tribuna, con el grito homofóbico presente y el prestigio mexicano pisoteado
Además de que el juego terminó a falta que se jugaran siete minutos del añadido, debido al protocolo contra el famoso grito discriminatorio.
Es el principio del fin, una derrota así duele demasiado y quizá deba provocar movimientos desde arriba, a pesar de que tengan menos de un mes en el cargo, porque simplemente no se escogió bien, no se programó bien y todo esto se está pagando.
El juego estaba en recuperar la pelota en gres cuartos de cancha, ambos técnicos lo entendieron así, México fue quien lo intentó más, pero a quien le resultó fue a Estados Unidos.
Es verdad que la sociedad Orbelín-Gallardo por la izquierda y el individualismo de Antuna por la derecha provocó cierto peligro a la meta estadounidense, pero al final la historia se repitió… Poco a poco, la lucha en media cancha la gana el músculo y el buen juego estadounidense, que de dejarse dominar pasa a ser dominador.
Las carencias de México son evidentes: Edson Álvarez no controla la media cancha; Luis Chávez no alcanza a ayudar; César Montes se multiplica para cubrir las espaldas a Reyes y a Guzmán, y nadie ve en la cancha a Henry.
Álvarez se distrae y se deja ganar por Pulisic quien entra al área, se lleva a Memo Ochoa y cuando puede mandar la pelota a las redes la manda pero encima de la portería.
En el segundo la suerte, como siempre, corre de su lado. Reyna, fuera del área mexicana cae al césped, los defensores creen que se marcara falta, la jugada sigue, Edson retrasa, confía en el que menos debe confiar la pelota le rebota a Jorge Sánchez y la deja a Pulisic quien nunca dejó de correr, cruza a Memo Ochoa y se está en desventaja (36’).
Estados Unidos se repliega, México sólo responde con el voluntarioso Antuna, que hace lo de siempre, ilusionar para decepcionar. El empate no está cerca y menos cuando al inicio de la segunda parte, Pulisic a pase de Weah pone el famoso “dous a cerou” (46’).
Los ánimos se caldean, en la tribuna y en la cancha. Entra Santiago Giménez y parece que algo se puede componer. Enseguida se arma la bronca y Mackennie y César Montes se van expulsados. Era el momento para que México se recuperara pero Antuna desperdicia la que pudo volver a la vida… Entra el México-estadounidense Ricardo Pepi y mete el tercero (79’).
Se pierden las formas. Sergiño Dest le da una bofetada a Gerardo Arteaga y ambos también se van expulsados.
Y el grito homofóbico se escucha por tercera vez en el campo para que el árbitro detenga el juego.
Lo demás fue lo de menos. Intentos infructuosos que no llevaron a nada. Se agregaron 12 minutos, apenas se jugaron siete, el grito se volvió a oír por quinta vez y el silbante decidió dar por terminado el juego.
Y parece que la era Diego Cocca, terminó antes de iniciar.