Anteriormente se consideraba a los niños, niñas y adolescentes como víctimas secundarias de la migración, al quedarse desprotegidos; no obstante, ahora ellos se organizan y buscan la manera de poder cruzar la frontera, en conjunto con otros grupos.
Gianinna Raquel, especialista en Intercambios Internacionales, señaló lo anterior, en el marco del foro “Migración: Contextos y Realidades”, organizado este viernes por el Tecnológico de Monterrey.


Raquel señaló que los menores son quienes se han hecho visibles en estos movimientos, los cuales reflejan las distintas realidades que tienen en sus lugares de origen.
“Ellos buscan mejorar su calidad de vida, no obstante, son contextos muy diferentes los que se encuentran en los protocolos de cada uno de los países. Algunos los apoyan, otros, los abandonan a su suerte”, comentó.
La especialista indicó que en los diversos conversatorios que ha impartido, ha observado que muchas de las metas de los niños es poder ir a Estados Unidos para ganar en dólares, y así, regresar a su país de origen y tener mejor vida.
En el foro “Migración: Contextos y Realidades”, además de Raquel, otros expertos del tema dialogaron sobre las barreras institucionales que existen para los migrantes.
Leonor de Jesús Figueroa Jácome, consultora independiente especialista en el tema de derechos humanos de personas en situación de migración, refirió que existe mucha negligencia de las autoridades en lo relativo al trato a personas migrantes, así como un rechazo de la sociedad por estigmas sociales de los mismos.
“Como profesionales debemos tener sensibilidad y empatía, dar asesorías, construir y ayudar a que estas barreras internacionales que tienen los migrantes se caigan”, agregó Figueroa Jácome.
Por su parte, Ignacio Irazuzta Di Chiara, doctor en Ciencia Política y Sociología, habló durante su participación de la desaparición de las personas migrantes, cuando las familias se ven separadas de sus seres queridos y desaparecen en busca de “una vida mejor”.
“Cuando hablamos de desaparición, es la separación del nombre y el cuerpo, y estas personas son obligadas a la indocumentación, que es la correspondencia entre el cuerpo y el nombre”, dijo Di Chiara.
Como efecto de ello, las condiciones de clandestinidad obligan a las personas migrantes a la indocumentación, los problemas se multiplican y las hacen proclives a la desaparición, puntualizó.