CALI, Colombia. – La ciudad de Cali se encuentra en estado de luto y máxima alerta tras el atentado terrorista ocurrido el jueves 21 de agosto en las inmediaciones de la Base Aérea Marco Fidel Suárez.
Según reportes oficiales, el ataque, atribuido a las disidencias de las FARC, dejó un trágico saldo de seis personas fallecidas y 76 heridas.
El alcalde Alejandro Eder ordenó la militarización de la ciudad para reforzar la seguridad, mientras que el presidente Gustavo Petro lideró un consejo de seguridad en Cali para coordinar acciones frente a la crisis.
Simultáneamente, el municipio de Amalfi, en Antioquia, fue escenario de otro devastador ataque el mismo jueves.
Un helicóptero de la Policía Nacional fue derribado, presuntamente por un dron cargado de explosivos, mientras apoyaba operaciones de erradicación de cultivos ilícitos en la zona rural de El Chispero.
Este atentado dejó 13 policías muertos y varios heridos, según confirmaron el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, y el presidente Petro.
Las autoridades atribuyen este ataque a la estructura Frente 36 del Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las FARC.
Ambos atentados han conmocionado al país, intensificando la preocupación por la seguridad en regiones clave.
Las autoridades nacionales y locales continúan investigando los hechos y trabajando en medidas para prevenir nuevos actos de violencia, mientras la ciudadanía exige respuestas y garantías de protección.